Tras el triunfo sobre Lanús, el técnico de Quilmes, Alfredo Grelak, en la habitual conferencia de prensa, destacó el esfuerzo realizado por el equipo.
"Los futbolistas entendieron el mensaje y brindaron todo. No dejaron pasar un segundo para que el rival pueda lastimarnos. Y lo hicimos de la mejor manera, en el lugar donde entendíamos que el adversario no podía complicarnos.
Se le preguntó por el gol de Bottino y la jugada de pizarrón que derivó en la conquista antes de los 10 minutos. "Nunca se dejan de trabajar esas jugadas y cuando el resultado sirve para un triunfo ante este rival, se disfruta mucho más. Por eso, decía el agradecimiento y el respeto por el grupo, por lo que ofrecen en el día a día, el convencimiento, la entrega. Sobre todo se dieron cuenta donde están. Hoy en la charla una de las cosas que les decía que cuando se armó este grupo yo veía, de la forma en que se fue armando, que era un grupo de futbolistas que o bien estaban locos o no tenían donde ir. Ahora, estando al frente del grupo, me han hecho entender y me demostraron que venían a hacer historia en este club, a matarse por estos colores.
Agregó que "el hecho de haber conseguido los tres puntos, con las necesidades que tenemos de sumar en cada partido, me hacen destacar el convencimiento que tienen estos chicos en todo sentido. Que lo trabajemos y que lo ejecuten es una satisfacción para el cuerpo técnico, porque significa que los jugadores nos creen, algo que es valorable.
"En cuanto al análisis del partido, me parece que se dio un partido en el que sabíamos que la posesión la iba a tener Lanús. Nosotros tratamos de que la posesión la tengan en un sector donde los podíamos controlar. En la charla previa, les dije que el jugador más importante nuestro tenía que ser Escobar, porque era la diferencia, tenía que estar por delante de la línea de los tres volantes y tenía que meterse de central para el doble lateral y lo hizo a la perfección. Es más, no tuvimos casi opciones de peligro en acciones individuales sino desde fuera del área o por pelota parada.
"Después quizás fallamos en dos o tres contras rápidas que no las definimos bien. Y por eso no lastimamos más. Incluso después, con el hombre de más, pudimos haber ampliado el resultado.
Sobre la gente, Grelak expresó que la miraba y veía que disfrutaba. "La gente tiene que creer en estos jugadores que son los que salen a la cancha y defienden la camiseta. Nosotros sabemos lo que estamos haciendo y tenemos en claro donde estamos, lo que tenemos que hacer y no nos va a sacar absolutamente nada de ese objetivo.
Se le preguntó qué pensaba de quienes aseguraban antes del partido que Quilmes no podía ganarle a Lanús, por las diferencias de nivel futbolístico, y cómo motiva el técnico a los jugadores ante un caso como este.
"Yo sabía que jugando de esta forma íbamos a sufrir poco y que en algún momento los podíamos lastimar. Una de las formas de lastimarlos era con la pelota parada. Tuvieron las agallas y el valor para hacerlo. Una de las cosas que decíamos sobre este partido era que tenía que ser un equipo con valor, no debía tener temor a jugarlo y en realidad fueron 90 minutos donde uno se sintió identificado con los chicos. No querían salir. Es más, Ramírez estaba con un golpe fuerte en la rodilla y hasta el último minuto me decía que no quería salir. Esos los detalles que vale la pena valorar".
"Los futbolistas entendieron el mensaje y brindaron todo. No dejaron pasar un segundo para que el rival pueda lastimarnos. Y lo hicimos de la mejor manera, en el lugar donde entendíamos que el adversario no podía complicarnos.
Se le preguntó por el gol de Bottino y la jugada de pizarrón que derivó en la conquista antes de los 10 minutos. "Nunca se dejan de trabajar esas jugadas y cuando el resultado sirve para un triunfo ante este rival, se disfruta mucho más. Por eso, decía el agradecimiento y el respeto por el grupo, por lo que ofrecen en el día a día, el convencimiento, la entrega. Sobre todo se dieron cuenta donde están. Hoy en la charla una de las cosas que les decía que cuando se armó este grupo yo veía, de la forma en que se fue armando, que era un grupo de futbolistas que o bien estaban locos o no tenían donde ir. Ahora, estando al frente del grupo, me han hecho entender y me demostraron que venían a hacer historia en este club, a matarse por estos colores.
Agregó que "el hecho de haber conseguido los tres puntos, con las necesidades que tenemos de sumar en cada partido, me hacen destacar el convencimiento que tienen estos chicos en todo sentido. Que lo trabajemos y que lo ejecuten es una satisfacción para el cuerpo técnico, porque significa que los jugadores nos creen, algo que es valorable.
"En cuanto al análisis del partido, me parece que se dio un partido en el que sabíamos que la posesión la iba a tener Lanús. Nosotros tratamos de que la posesión la tengan en un sector donde los podíamos controlar. En la charla previa, les dije que el jugador más importante nuestro tenía que ser Escobar, porque era la diferencia, tenía que estar por delante de la línea de los tres volantes y tenía que meterse de central para el doble lateral y lo hizo a la perfección. Es más, no tuvimos casi opciones de peligro en acciones individuales sino desde fuera del área o por pelota parada.
"Después quizás fallamos en dos o tres contras rápidas que no las definimos bien. Y por eso no lastimamos más. Incluso después, con el hombre de más, pudimos haber ampliado el resultado.
Sobre la gente, Grelak expresó que la miraba y veía que disfrutaba. "La gente tiene que creer en estos jugadores que son los que salen a la cancha y defienden la camiseta. Nosotros sabemos lo que estamos haciendo y tenemos en claro donde estamos, lo que tenemos que hacer y no nos va a sacar absolutamente nada de ese objetivo.
Se le preguntó qué pensaba de quienes aseguraban antes del partido que Quilmes no podía ganarle a Lanús, por las diferencias de nivel futbolístico, y cómo motiva el técnico a los jugadores ante un caso como este.
"Yo sabía que jugando de esta forma íbamos a sufrir poco y que en algún momento los podíamos lastimar. Una de las formas de lastimarlos era con la pelota parada. Tuvieron las agallas y el valor para hacerlo. Una de las cosas que decíamos sobre este partido era que tenía que ser un equipo con valor, no debía tener temor a jugarlo y en realidad fueron 90 minutos donde uno se sintió identificado con los chicos. No querían salir. Es más, Ramírez estaba con un golpe fuerte en la rodilla y hasta el último minuto me decía que no quería salir. Esos los detalles que vale la pena valorar".
Comentarios