A TODO GAS... EL INEFABLE HUMOR DE PINTI


Enrique Pinti estuvo en Bernal, en el Centro Cultural Mariano Moreno, presentando el espectáculo A todo gas.
Durante una hora y media el popular actor, productor, autor desplegó toda su verborragia, dando una auténtica clase de historia argentina, desde los albores de Mayo hasta nuestros días.
Por supuesto puso el énfasis en la realidad argentina, el paso de los gobiernos y su inveterada costumbre de repetir errores y no encontrar la fórmula para construir una auténtica Nación.
Así desplegó su talento, pasando por los gobiernos conservadores, radicales, peronistas, militares y todos los que de una u otra manera han pasado a lo largo de tantas generaciones.
Confesó que el próximo 7 de octubre estará cumpliendo 77 años. Sigue adelante con su misión de abrir conciencias y mostrar que todo lo que nos pasa no se produce por casualidad. Hay causas profundas y males que se repiten en cualquier lugar de la historia.
Aquello de que el que se fue dejó el país en la ruina, se demuestra como una constante que no permite salir adelante.
Así desparrama su histrionismo, su bronca y su sabiduría atacando a todos los que gobiernan por no querer, no poder o no saber encontrar el auténtico camino de reconstrucción de un país, señalado por la divina providencia por sus condiciones naturales y humanas, con todas sus contradicciones, sus profundas grietas y sus amores y odios.
En ese sentido puso, por ejemplo, el énfasis en la tan mentada grieta que se instaló tan de moda durante la década del kirchnerismo. Y alertó, con singular claridad y abriendo las mentes, que se trata de un mal de antigua data, que no hace solo al país en toda su historia sino también al mundo, fundamentalmente en lo que respecta a los artistas.
Así habló de lo que debió sufrir Chaplin en Estados Unidos, acusado de comunista, debiendo buscar el exilio. Ese cómico y humorista genial que había hecho reír a tantas generaciones de norteamericanos era expulsado por la acción obtusa de un censor implacable, como McCarthy (imaginaba una conspiración comunista en su país y arremetió contra todos con ese maldito argumento).
Más adelante se refirió a los mismos hechos en épocas de gobiernos peronistas, militares, etcétera, con artistas que tuvieron que irse por estar en listas negras o simplemente por correr peligro sus vidas.
Por eso, como siempre culminan sus espectáculos, la síntesis la resumió en esa canción que ya es un himno de sus presentaciones: pasan los gobiernos, los peronistas, los radicales.... quedan los artistas.
Pinti reflexiona y hace reflexionar. Más allá de sus reiteradas putedas, que pueden tomarse como "malas palabras", rondando la escatología, su admiración por Bocaccio, etcétera, deja pensando a todos, porque lo que reclama, casi como una oración, es que los argentinos entendamos definitivamente que un país se saca adelante con buena gente. 

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