VOX DEI Y KAPANGA, EN EL CIERRE DE LOS FESTEJOS

Quilmes celebró sus 350 años con un festival rockero en el escenario especialmente instalado en el parque de la Ciudad. Vox Dei, primero y Kapanga luego fueron los principales números de esta tarde, con un cierre a toda luz con fuegos artificiales.
Vox Dei, que está cumpliendo medio siglo con la música, ratificó la vigencia del mítico Willy Quiroga, junto a Carlos Gardellini y Simón Quiroga -hijo de Willy- en la batería.
Uno de los temas fue dedicado a Valen, un chico que lucha por su vida, como expuso el propio Willy.
Las canciones se fueron dando con toda la musicalidad del grupo, las voces de Willy y Carlos, la batería de Simón y algunos duelos de guitarra entre ambos.
Hoy se vio más gente que ayer, seguramente por el hecho de que los dos grupos que se presentaron se iniciaron en Quilmes. Vox Dei, que tuvo el grupo el paso de Rubén Basoalto y Ricardo Soulé, y Kapanga, con el líder, el mono Fabio.
El profesionalismo de Willy Quiroga quedó expuesto en todo momento. Alguien comentó que a las 10 ya estaba en el lugar supervisando todo lo que iba a significar a la tarde la presentación.
El cierre estuvo acompañado por las canciones emblemáticas del grupo como Buenas y malas, Azúcar amargo, La nube y Presente, el tema de Ricardo Soulé, que identificó durante décadas a Vox Dei. Ese Presente que sostiene... que "todo tiene un final, todo termina...".
Willy se encargó de presentar a la banda: "el wing derecho, Carlos Gardellini; en la batería que siempre ocupó alguien que recordamos y que siempre está con nosotros acompañándonos, el señor Rubén Basoalto, y ahora su alumno predilecto, Simón Quiroga".

Las notas de Martiniano

El jefe comuanl Martiniano Molina se acercó al lugar junto a su esposa y su pequeña hija, y dio dos notas a medios nacionales: a C5N primero y a la TV Pública más tarde. Alguien se le acercó y lo felicitó por haber dado nota a C5N, el canal de Cristóbal López y de conocida simpatía kirchnerista. Ante la sorpresa del intendente, el vecino le aclaró que lo decía con sinceridad, que dar una nota a un canal "de la contra" estaba bueno como pluralidad de pensamiento".

El Mono de Quilmes

Kapanga y su líder, el Mono, cantó con su gente las canciones que han llevado al grupo de ocupar un lugar preponderante en la música nacional, con canciones que rápidamente son utilizadas por las hinchadas futboleras.
El Mono mostró su alegría por cantar en su ciudad y en la fecha aniversario. En algún momento decidió ponerse la camiseta del Chapu Braña, la número 18, del ídolo Cervecero, que lamentablemente volvió a Estudiantes de La Plata porque la situación económica del decano del fútbol argentino determinó la imposibilidad de mantenerlo en el Quilmes AC.
"Tantos años tocando con esta camiseta, a tantos lugares que fui, qué linda que me queda, es para jugador de fútbol con abdomen marcado...".
El Mono habló de su padre y de su abuelo Filomeno e incluso cantó un tema que alude a ese abuelo que murió atropellado por un tren en Bernal, porque era sordo y no escuchó el paso del tren.
"Quienes son de Quilmes saben que tengo 47 años y que llevo esos mismo años viviendo en la ciudad, para mí la más linda del planeta. Mi papá debe estar revoloteando en alguna nube, haciéndome un guiño y en este momento estaría más que feliz, diciéndome: portate bien...". Fue el envión para cantar la canción alusiva.
En el momento más emotivo de la presentación del grupo, el Mono destacó el hecho de compartir el escenario con Vox Dei, recordando que él tenía 47 años y que como tantos conjuntos había podido recorrer el camino gracias a la siembra que antes hicieron grupos como Vox Dei.
"Tenemos una de las bandas icónicas del rock nacional y siempre se hablaba de Vox Dei. Hoy nos damos el orgullo de compartir el escenario con estos maestros".
Por eso invitó a Willy Quiroga a compartir el escenario. Willy y El Mono se abrazaron y luego desplegaron su talento en una ensamble musical que movió y conmovió a los presentes.
Incluso dijo el Mono de Willy: "Sin este chabón hace 50 años atrás, ninguno de nosotros hubiésemos existido. Entonces, son los que bancaban los palazos, los milicos, las corridas. Para tocar rock en ese tiempo había que tener las bolas bien puestas.
"Por suerte tengo dos bolas puestas todavía" ironizó Willy. El público comenzó a cantar: "Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta es militar".
Siguió la actuación de Kapanga, y no podía faltar la alusión al Cervecero, el club de la ciudad y del Mono.
"... cada vez te quiero más. Yo soy del club, de la ciudad, de la cerveza...".





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