AQUEL 28 DE JUNIO DE 1966

Se cumplen hoy 50 años de aquel fatídico 28 de junio en que un gobierno militar derrocó al presidente radical Arturo Umberto Illia.
La denominada revolución argentina echó a ese gobierno, al que habían calificado de tortuga, con el objetivo de construir "el país que viene".
Illia se fue con la frente alta. El diálogo con el general Julio Alsogaray quedó para la historia, cuando Illia le criticó la medida de echarlo, recordándole el principio constitucional: el presidente es el comandante en jefe de las fuerzas armadas.
Fue el entonces jefe del regimiento de Granaderos, César Perlinger, quien tuvo que ejecutar la orden. Illia le dijo que con el tiempo iba a recapacitar y se arrepentiría de esa medida. Y así fue.
Diez años después del golpe, en 1976, el coronel César Perlinger le envió esta carta al doctor Illia: "En una presentación fechada en julio de 1976, que repartí profusamente y de la cual me ocupé de enviarle un ejemplar yo escribía: Hace diez años el Ejército me ordenó que procediera a desalojar el despacho presidencia. Entonces, el doctor Illia serenamente avanzó hacia mí y me repitió varias veces: Sus hijos se lo van a reprochar.
!Tenía tanta razón! Hace tiempo que yo me lo reprocho porque entonces caí ingenuamente en la trampa de contribuir a desalojar un movimiento auténticamente nacional para terminar viendo en el manejo de la economía a un Krieger Vasena.
Ud. me dio esa madrugada una inolvidable lección de civismo.
El público reconocimiento que en 1976 hice de mi error, si bien no puede reparar el daño causado, da a usted, uno de los grandes demócratas de nuestro país, la satisfacción que su último acto de gobierno fue transformar en auténtico demócrata a quien lo estaba expulsando por la fuerza de las armas, de su cargo constitucional.
Hace unos días en General Roca, Ernesto Sábato dijo a la prensa: ¿Sabe qué tendrían que hacer los militares después de este desastre final que estamos presenciando? Ir en procesión a la casa del doctor Illia para pedirle perdón por lo que hicieron.
El mensaje de Sábato me ha llevado a escribirle estas líneas que pretenden condensar: Mi pedido de perdón por la acción realizada en 1966.
Mi agradecimiento por la lección que Ud. me dio.
Mi admiración a Ud. en quien reconozco a uno de los demócratas más auténticos y uno de los hombres de principios más firmes de nuestro país.
Quiero aclarar que de a Ud. hacia mí solo espero su perdón y que de mi hacia Ud. le deseo todo el bien que el destino le pueda deparar.
Saludo a Ud. con toda consideración.
Firma: coronel Luis C. Perlinger.

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