La fiscalía de juicio de La Plata presentó un pedido de nulidad de la sentencia absolutoria dictada en 1996 al policía federal Alejandro Santillán, quien fue juzgado por el crimen del subcomisario de la Bonaerense, Jorge Omar Gutiérrez, hermano del ex intendente de Quilmes, Francisco Barba Gutiérrez, cometido en 1994, cuando iba en un tren que se dirigía a la capital provincial.
Los fiscales de juicio, Beatriz Castellanos y Martín Chiorazzi, plantearon una acción autónoma de nulidad ante la Sala I de la Cámara de Apelaciones de La Plata contra la absolución de Santillán en base al principio de cosa juzgada fraudulenta o írrita, a la vez que solicitaron que el policía sea sometido a un nuevo proceso.
El planteo de cosa juzgada permite ir contra la norma procesal penal que sostiene que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho.
El pedido de los fiscales se basa en un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el caso en el que el organismo internacional instó al estado argentino a realizar una investigación completa, imparcial, efectiva y pronta con el objeto de establecer y sancionar la responsabilidad intelectual y material de todas las personas que participaron de los hechos relacionados con la ejecución del subcomisario Gutiérrez.
Alejandro Daniel Chiquito Santilán, cabo de la policía federal argentina, estuvo imputado como autor material del disparo que mató a Gutiérrez, aunque fue absuelto en 1996 por la Sala I de la Cámara de Apelaciones platense.
El hecho sucedió el 29 de agosto de 1994 cuando el subcomisario fue encontrado muerto con un disparo en la nuca en el vagón de un tren en la estación La Plata del ferrocarril Roca.
Según el abogado Luis Valenga, representante de la viuda de Gutiérrez, Nilda del Valle Maldonado, el subcomisario había conseguido información de un depósito ubicado al lado de la comisaría segunda de Avellaneda, donde circulaban drogas y armas.
En ese contexto, el policía se retiró de la comisaría cerca de la medianoche y se dirigía a su domicilio en Quilmes, cuando a la altura de la estación Sarandí fue abordado por dos hombres, presuntamente Santillán y un mecánico identificado como Francisco Mostajo, uno de los cuales le efectuó el disparo que lo mató.
Los fiscales de juicio, Beatriz Castellanos y Martín Chiorazzi, plantearon una acción autónoma de nulidad ante la Sala I de la Cámara de Apelaciones de La Plata contra la absolución de Santillán en base al principio de cosa juzgada fraudulenta o írrita, a la vez que solicitaron que el policía sea sometido a un nuevo proceso.
El planteo de cosa juzgada permite ir contra la norma procesal penal que sostiene que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho.
El pedido de los fiscales se basa en un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el caso en el que el organismo internacional instó al estado argentino a realizar una investigación completa, imparcial, efectiva y pronta con el objeto de establecer y sancionar la responsabilidad intelectual y material de todas las personas que participaron de los hechos relacionados con la ejecución del subcomisario Gutiérrez.
Alejandro Daniel Chiquito Santilán, cabo de la policía federal argentina, estuvo imputado como autor material del disparo que mató a Gutiérrez, aunque fue absuelto en 1996 por la Sala I de la Cámara de Apelaciones platense.
El hecho sucedió el 29 de agosto de 1994 cuando el subcomisario fue encontrado muerto con un disparo en la nuca en el vagón de un tren en la estación La Plata del ferrocarril Roca.
Según el abogado Luis Valenga, representante de la viuda de Gutiérrez, Nilda del Valle Maldonado, el subcomisario había conseguido información de un depósito ubicado al lado de la comisaría segunda de Avellaneda, donde circulaban drogas y armas.
En ese contexto, el policía se retiró de la comisaría cerca de la medianoche y se dirigía a su domicilio en Quilmes, cuando a la altura de la estación Sarandí fue abordado por dos hombres, presuntamente Santillán y un mecánico identificado como Francisco Mostajo, uno de los cuales le efectuó el disparo que lo mató.
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