TRASPIE DE MARTINIANO


Su gaffe fue viralizada por las redes sociales, que transformaron un error en un horror, cuando evidentemente se trató de una pifia, porque nunca podía dejar de desconocer de qué se trataba.
Martiniano Molina, el joven intendente de Quilmes, con poca experiencia de gestión y una carrera política de corta duración -anteriormente se destacó como deportista, en el handball y como cocinero- sintió los golpes que significa un error.
Confundió una pregunta del periodista Carlos Taphanel sobre el Pozo de Quilmes, la ex brigada, Allison Bell y Garibaldi, con un tema de bacheo.
Hoy se disculpó en distintos medios y pidió perdón, aunque aclaró que no desconocía lo que era el triste Pozo de Quilmes, un centro clandestino de detención durante la última dictadura militar (el propio libro Nunca Más lo registra).
Martiniano recordó que durante algunos años de chico vivió a cinco cuadras del lugar y que nunca podía desconocer de qué se trataba, si se habla del Pozo de Quilmes. Lamentablemente, se desvió en su interpretación, en todo caso pareció entender otra cosa en la pregunta de un periodista local, y se explayó con el trabajo gradual para abordar el bacheo en el distrito.
Martiniano se tendrá que acostumbrar que en primera división -al menos en materia política como en el fútbol- los errores se pagan caro, aunque fueran involuntarias. Incluso estamos viendo últimamente en el fútbol argentino macanas de defensores que terminan en goles por aprovechamiento de los delanteros o arqueros que cometen errores infantiles.
En política, se paga caro el error, máxime si se trata de una coalición como Cambiemos, a la que la anterior gestión no perdona una, más que nada porque pasados los cien días de gobierno no entienden aún por qué perdieron.
Mientras Martiniano cometía el error y se aprestaba a enfrentarlo, tratando de salir del paso, muchos decían algo así de "viste, ¿quién nos ganó?"... Esos mismos, más ligados con el ultrakirchnerismo nada decían, por ejemplo, de ese coche en que iban las Madres de Plaza de Mayo... con Aníbal Fernández, como si el ex colega de gestión municipal de Martiniano pudiera ser bandera de los derechos humanos. En fin, diría Shakespeare, en Dinamarca algo está podrido...
Martiniano tendrá que aprender que aquello de ensayo-error puede ser científicamente valorable, en política suele ser un bumeran, y tendrá que tomar todos los recaudos para no cometer esos errores.

PD. Anoche en Crónica TV, el periodista Horacio Embón se revolvía la tripas mencionando la gaffe de Martiniano, recordando su exitoso paso de cocinero. Y decía, no es un ciudadano más, en Quilmes es el primero, porque es intendente, máxime confundiendo pozo de Quilmes por bacheo, agregando que Martiniano sufrió un bache mental. En fin.... Si Envón conociera a la familia Molina, empezando por el papá, Jorge, que sufrió en carne propia el golpe del 76, cuando los militares echaron al intendente José Rivela, seguramente hubiera obra de otra manera y sin justificar el error (léase horror) de Martiniano, hubiera tenido un poco de compasión con el compungido joven intendente, cocinero, handbalista. Porque con Martiniano, señor Envón, el PRO le sacó una enorme ventaja al candidato del Frente para la Victoria, Francisco Barbva Gutiérrez, que llevaba dos períodos al frente de la comuna. Quiere decir que los quilmeños decidieron votar un cambio, con todos los pro (valga la expresión) y los contra que eso genera.

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