MAS ARGENTINO

La semana de Argentino Luna, que se está desarrollando en General Madariaga, se basa en que el sábado se cumplen cinco años de su fallecimiento.
Argentino Luna era el nombre artístico, el verdadero, Rodolfo Gimenez y alguna vez contó que no podía usar ese nombre porque ya correspondía al histórico autor catamarqueño de Paisajes de Catamarca. Entonces eligió el nombre de Argentino Luna.
Había nacido en Madariaga el 21 de junio de 1941 y falleció en Buenos Aires el 19 de marzo de 2011.
Era hijo de campesinos, peones de campo, Esperanza Castañares y Juan Lino Gimenez.
Su infancia transcurrió en General Madariaga y la costa atlántica. En 1947, en Villa Gessell, trabajó como peón en un arenero. Era la época en que don Carlos Gessell se instaló en la villa y la fundó.
En los años 60 llegó a Buenos Aires y su primer gran éxito fue en 1968 con Zamba para decir adiós, cuya letra ha sido cantada por varias generaciones de argentinos. "Olvida niña que un día/ te di promesa de amor/ entonces yo no sabía.../ este destino cantor...
"Te amé no puede negarlo/ conmigo te llevaré/ hecha recuerdo en mi canto/ en zambas te nombraré.
"Cuando recuerdes la zamba/ que esta noche te canté/ abrazando a mi guitarra/ solo recuerdo seré:/ No llores, niña, no quiero; perdona.../ otra promesa no haré.
"Tú tienes otro destino/ naciste para querer/ yo voy por otro camino/ yo no me puedo volver...
"No llores niña,  no quiero/ verte esta noche llorar/ quisiera pero no puedo/ todo este fuego apagar..."
"Cuando recuerdes la zamba/ que esta noche te canté/ abrazado a mi guitarra/ solo recuerdo seré...".
Fue en esos años en que se estableció en Quilmes, donde vivió hasta su muerte.
Meses antes de su final, el martes 13 de julio de 2010 se presentó en el Golden Jack de Quilmes, y en nota en El Sol, decía Argentino: "Soy habitante del asombro, la canción me nace desde el misterio de lo desconocido. El alma del pueblo me dicta la copla, la música, la palabra, la historia de mi gente es mi única historia. Mi obra tan solo es un canto general, una larga canción que va contando los asuntos cotidianos del hombre común. Nada hay de extraordinario en mi cancionero".
Contaba que con su guitarra y sus canciones "anduve por el Japón metido en los arrozales, por tierras de España, maravillado ante la memoria de aquel granadino lleno de luz, llamado Federico García Lorca, poro caminos de La Mancha, recordando al Manco de Lepanto, el genial Cervantes, aterricé en los Estados Unidos para mirar el cielo que vio cantar y soñar al majestuoso y viejo sabio Walt Whitman. Dejé milongas en Panamá, cifras en Costa Rica, décimas en Uruguay, poemas en Brasil, pero siempre con la mirada firme hacia el sur de América india, donde habitan mis paisanos, donde moran mis antepasados y lugar elegido para descansar cuando me toque partir a los pagos de donde no se vuelve".
Y proclamaba "desde este lugar del sur de América morena sigo andando los caminos del mundo, esencialmente mi tierra. Ay pobrecita mi tierra, tan cuatrereada, tan estafada por tanto mediocre de arriba, pisoteando a los de abajo (léase Juan Pueblo), pero siempre con la esperanza de que un día suene un tiro pa´l lao de la justicia, como decía mi padre, el Capitán de la espiga, al que alguna vez le canté".
Quedan para el cancionero popular temas como Mira qué lindo mi país paisano, Mirá lo que son las cosas, o ese "niño no te preocupes, si no me entiendes la culpa es mía...".

Comentarios