40 AÑOS

Al cumplirse este 24 de marzo cuatro décadas del golpe militar, el Departamento de Justicia y Paz de la diócesis de Quilmes difundió un documento, que comienza recordando expresiones del padre obispo Jorge Novak: "Comprendí que la historia tiene una superficie engañosa y una profunidad lacerante. Comprendí que solo el que desciende decididamente a bucear en los abismos del dolor provocado en la historia por la injusticia y la prepotencia, para compartirlo y para regenerarlo, adquiere en plenitud creciente su propia dimensión humana".
Y también palabras del beato Oscar A. Romero: "¿Qué otra cosa es la riqueza cuando no se piensa en Dios? Un ídolo de oro, un becerro de oro. Y lo están adorando, se postran ante él, le ofrecen sacrificios. !Qué sacrificios enormes se hacen ante la idolatría del dinero! No solo sacrificios, sino inequidades. Se paga para matar. Se paga el pecado. Y se vende. Todo se comercializa. Todo es lícito ante el dinero".
El documento comienza recordando los 40 años del 24 de marzo, último golpe de estado en la Argentina, con el saldo de 30 mil desaparecidos y un proyecto económico social que se consolidó en la década neoliberal de los 90.
"El desafío de las organizaciones de derechos humanos en aquellos años de plomo, 1976/1982, consistió fundamentalmente en acompañar a las víctimas y a los familiares de estas víctimas del terrorismo de Estado. La diócesis de Quilmes se sumó al trabajo por la vida, la justicia y la dignidad de tantos y tantas que resistieron, poniendo en riesgo su propia vida, el avance del terror y la muerte. El ministerio de su primer obispo, monseñor Jorge Novak, la creación de la entonces Comisión Justicia y Paz y la participación en la creación del MEDH (Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos) son algunos de los signos que marcaron ese trabajo diocesano.
"A 40 años de la última dictadura, ¿dónde siguen estando amenazados los derechos humanos? Teniendo en cuenta algunas medidas de la actual gestión de gobierno, ¿podemos temer un versión readaptada de un programa que deje afuera de la mesa de la vida a una multitud de hermanos? Nos parece que los gestos y palabras del Papa Francisco pueden ser una orientación que nos ayuden en esta búsqueda de discernimiento.
Lamentablemente, algunos sectores buscan devaluar las intervenciones de Francisco como pensamientos personales o reflexiones hechas desde un supuesto posicionamiento político partidario. Nosotros creemos que el Papa plantea un magisterio que cuestiona la moral personal y social. Francisco propone el Evangelio y la Enseñanza Social de la Iglesia y desde aquí sus palabras molestan. En este sentido la Iglesia se mete en política, poniéndose al lado de las víctimas de un sistema que solo reconoce el lucro como criterio rector. En este 24 de marzo, Jueves Santo, como lo hizo Jesús queremos lavar los pies de nuestros hermanos más pobres y desde allí leer la historia.
"Tierra, Techo y Trabajo son derechos sagrados", decía Francisco el 9 de julio del año pasado en Santa Cruz de la Sierra a los movimientos y organizaciones sociales. Escuchamos las promesas presidenciales del pasado 10 de diciembre: pobreza cero, lucha contra el narcotráfico y unión de los argentinos. Y pensamos: ¿la necesidad de Tierra, Techo y Trabajo de nuestro pueblo podrán incluirse en estos deseos del nuevo gobierno?.

"Hoy nos preguntamos: ¿cómo entender en este horizonte medidas que favorecieron un proceso de transferencia de ingresos a los sectores más ricos y concentrados de la economía.
"Miles de despidos, devaluación con promesa de control de una inflación que no se detiene expresada en la suba de precios y la pérdida del poder adquisitivo de la población, ¿no castigan a los más pobres y amenazan el derecho sagrado del trabajo?
"Los acuerdos con los acreedores internacionales, ¿no es una claudicación frente a los capitales financieros  internacionales (buitres) que hipotecarán el futuro de nuestra patria? ¿No se cumple aquello que expresa reiteradamente Francisco cuando la economía no está al servicio del hombre "el dinero es el estiércol del diablo?".
"Vemos la tierra de nuestros barrios asolada por bandas de narcotráfico. No pocas veces agentes de policía, que debieran cuidarnos, son parte de estas bandas. ¿No es preocupante el poder otorgado a las fuerzas de seguridad, ante el clamor social por el avance del delito, sin atender a esta realidad? ¿No quedan nuestros barrios a merced de oscuros  e ingobernables negocios? La implementación del denominado protocolo antipiquetes, sumado a la cuestionada ley antiterrorista de la gestión anterior, ¿no se pueden transformar en la persecución y criminalización de la protesta social?
"La unidad de los argentinos parece un mero deseo de encuentro sin atender a las injustas diferencias económico sociales y la realidad de desigualdad sin reivindicaciones de fondo, sin justicia para los pobres y excluidos. El cierre del CAJ -Centro de Acceso a la Justicia- en Quilmes, que venía prestando un excelente servicio de asesoramiento jurídico para los más pobres, ¿no puede ser un ejemplo de lo que decimos? El peligro de una sutil xenofobia, como dice el titular de la Comisión Pastoral Social del Episcopado haciéndose eco de la preocupación del Papa, con la prisión de Milagro Sala sin una causa firme, ¿no colabora al contrario de esta propuesta de unidad?
"La unidad incluye el respeto de la diversidad. ¿Cómo entender el apagón mediático que hace desaparecer las voces críticas al gobierno?¿Cómo se entienden los intentos por dejar sin efecto la valiosa ley de medios?
"Para finalizar, y refiriéndose al específico tema de los derechos humanos, queremos expresar nuestra preocupación: por la reaparición de la teoría de los dos demonios, justificando el accionar de los represores y la actividad delictiva desde el poder del estado.
-el preocupante desmantelamiento de los organismos del estado que aseguran memoria, verdad y justicia en el seguimiento de los juicios por delitos de lesa humanidad. Y celebrar la noticia que anuncia la desclasificación de los archivos de la última dictadura, tanto por parte del gobierno de los Estados Unidos como de la Santa Sede.
"Con el Papa Francisco, hacemos nuestra la preocupación por cierto clima de revanchismo que parece teñir la convivencia de la Patria en estos últimos días. Confiados en el Dios de la Vida, queremos seguir trabajando por los caminos el Evangelio por más Memoria, más Verdad y más Justicia".

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