La lluvia postergó todo. El partido que debían jugar hoy Ríver y Quilmes fue postergado para mañana a las 19. El árbitro Fernando Rapallini decidió no jugarlo por el anegamiento del campo de juego y las previsiones metereológicas de persistencia de la lluvia.
Todo pasó para mañana, aunque quedaron flotando críticas hacia el árbitro, porque algunos periodistas o gente del fútbol entendía que se podía jugar, máxime porque después de la decisión, con el campo en mejor estado no siguió lloviendo.
Algunos sostuvieron que fue River el que presionó para que el árbitro dispusiera la postergación. Hay que recalcar que dos futbolistas Millonarios, González y Pisculichi, no iban a poder jugar por problemas estomacales.
Quilmes también quería jugar el partido, porque vuelve a jugar el próximo viernes con Colón en el Centenario y el martes 16 de febrero visita a Bánfield. Dicen que los Cerveceros van a procurar que se modifique algunas de esas fechas.
De todas maneras, la decisión ya se tomó, quedarán flotando las interpretaciones, los malos pensamientos y la sospecha tan habitual en el fútbol nuestro de cada día.
Todo pasó para mañana, aunque quedaron flotando críticas hacia el árbitro, porque algunos periodistas o gente del fútbol entendía que se podía jugar, máxime porque después de la decisión, con el campo en mejor estado no siguió lloviendo.
Algunos sostuvieron que fue River el que presionó para que el árbitro dispusiera la postergación. Hay que recalcar que dos futbolistas Millonarios, González y Pisculichi, no iban a poder jugar por problemas estomacales.
Quilmes también quería jugar el partido, porque vuelve a jugar el próximo viernes con Colón en el Centenario y el martes 16 de febrero visita a Bánfield. Dicen que los Cerveceros van a procurar que se modifique algunas de esas fechas.
De todas maneras, la decisión ya se tomó, quedarán flotando las interpretaciones, los malos pensamientos y la sospecha tan habitual en el fútbol nuestro de cada día.
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