Quilmes está perdiendo 5 a 1 en el Monumental ante Ríver. Después de un buen primer tiempo -que terminó favorable al Millonario por 2 a 1- el Cervecero bajó su nivel y después del tercer gol del local, quedó a merced de un rival de indudable jerarquía.
Se sabía que algo de esto podía pasar, porque Quilmes presenta un equipo austero por excelencia, donde predominan los jugadores del Semillero y los que llegaron procedentes del ascenso.
De aquel equipo del Colorado Sava, se fueron nada menos que Droopy Gómez a Independiente, Canelo al fútbol de México, Bieler a Belgrano y Tito Ramírez a Temperley, los cuatro sumaban 27 goles.
Esos 27 goles que ha perdido el Decano deberán ser recuperados con mucho esfuerzo y sacrificio, acostumbrándose a estos golpes como el que hoy le está dando River.
Aquí sí podría decirse que el partido no fue dinámica de lo impensado, como pregonaba Dante Panzeri, a pesar que hasta el segundo gol de River todo era muy parejo, e incluso Quilmes era un poco más.
Pero llegó el segundo millonario casi al final de la primera etapa y ese golpe terminó por derrumbar las ilusiones del equipo del técnico debutante Alfredo Grelak.
Habrá que barajar y dar de nuevo, pensando en la segunda fecha, en principio el próximo viernes en el Centenario ante Colón, que viene de ganarle 2 a 1 a Arsenal con dos goles de Alan Ruiz, quien fue la figura. Afortunadamente para Quilmes Ruiz no podrá estar esta vez porque fue expulsado. Claro que dentro de la pobreza franciscana del Cervecero, no podrá contar con uno de sus referentes, como es el Chapu Braña.
Grelak tendrá que buscar rápidamente la reconstrucción, y lo bueno, si cabe, es que hay revancha a la vuelta de la esquina. ¿Podrá llegar la recuperación ante el Sabalero?
Esto, es cierto, recién empieza. De todas maneras, vale la reflexión para buscar las causas del notorio bajón del equipo en el segundo tiempo. Y ante un adversario como River, ese hándicap resulta demasiado.
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