Blanca Vigo adelanta que los sábados 20 y 27 de febrero a las 21 y los domingos 21 y 28 a las 20 en Casa de Arte Doña Rosa, Colón 279, Quilmes se presenta su obra La pizza del Nonno, un sentido y emotivo homenaje a todos nuestros nonos por un país de paz, de trabajo y amor.
La historia de un hombre del sur italiano que huye de la guerra y de la miseria, se instala en Argentina, con aquello tan histórico de hacer la América.
Llega al barrio de la Boca, donde se destaca por su maestría en la elaboración de pizza y su fanatismo por el equipo de fútbol de ese barrio.
Su hijo, El Rulo, comparte el oficio. El trabajo comienza a decaer económicamente, por el avance de otras modalidades en este tipo de negocio.
Amigos de El Rulo, habitúes del lugar, procuran convencerlo para que cambie la fachada del sitio, convirtiéndolo en uno más moderno, acorde con las necesidades y los usos del mercado, o para que venda la pizzería, invirtiendo el capital en un "negocio" más redituable.
Esto provoca en el grupo una división entre los que están a favor y los que están en contra, discutiendo hasta derivar la conversación a otros temas sobre la ciencia genética.
El Nonno, con una aparente sordera, escucha la conversación, confunde los conceptos y entra en una pelea complicada y llena de enredos con los amigos del hijo, desalojándolos bruscamente del lugar.
Ante esa situación el hijo decide tomar una decisión, que es rechazada rápidamente por su propio hijo de corta edad (nieto del Nonno), que siente un profundo amor por su abuelo.
Con un final abierto, La pizza del Nonno refleja de manera graciosa y en algunos momentos hasta grotesca la problemática de nuestros ancianos que con sus capacidades limitadas no renuncian a tener una vida digna y útil, enfrentando la discriminación y la incomprensión de la sociedad, reflejando al mismo tiempo la difícil disyuntiva de los hijos cuando necesitan tomar una decisión, cargada de culpa y duda, con respecto al futuro de sus ancianos padres.
Una máxima de Víctor Hugo vale la pena: "Y si es fuego lo que arde en los ojos de los jóvenes, luz es lo que vemos en los ojos del anciano".
Llega al barrio de la Boca, donde se destaca por su maestría en la elaboración de pizza y su fanatismo por el equipo de fútbol de ese barrio.
Su hijo, El Rulo, comparte el oficio. El trabajo comienza a decaer económicamente, por el avance de otras modalidades en este tipo de negocio.
Amigos de El Rulo, habitúes del lugar, procuran convencerlo para que cambie la fachada del sitio, convirtiéndolo en uno más moderno, acorde con las necesidades y los usos del mercado, o para que venda la pizzería, invirtiendo el capital en un "negocio" más redituable.
Esto provoca en el grupo una división entre los que están a favor y los que están en contra, discutiendo hasta derivar la conversación a otros temas sobre la ciencia genética.
El Nonno, con una aparente sordera, escucha la conversación, confunde los conceptos y entra en una pelea complicada y llena de enredos con los amigos del hijo, desalojándolos bruscamente del lugar.
Ante esa situación el hijo decide tomar una decisión, que es rechazada rápidamente por su propio hijo de corta edad (nieto del Nonno), que siente un profundo amor por su abuelo.
Con un final abierto, La pizza del Nonno refleja de manera graciosa y en algunos momentos hasta grotesca la problemática de nuestros ancianos que con sus capacidades limitadas no renuncian a tener una vida digna y útil, enfrentando la discriminación y la incomprensión de la sociedad, reflejando al mismo tiempo la difícil disyuntiva de los hijos cuando necesitan tomar una decisión, cargada de culpa y duda, con respecto al futuro de sus ancianos padres.
Una máxima de Víctor Hugo vale la pena: "Y si es fuego lo que arde en los ojos de los jóvenes, luz es lo que vemos en los ojos del anciano".
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