¿LO DIGO O NO LO DIGO?


La gran incógnita que se abre en cuanto al acto del próximo martes en el Congreso Nacional -fecha de apertura de las sesiones ordinarias- es saber si finalmente el presidente Mauricio Macri dirá en qué condiciones recibió el país, de parte del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Dicen los allegados al primer magistrado que probablemente la mitad del discurso estará referida a ese panorama, otros sostienen que eso no sucederá porque el asesor Durán Barba así lo aconseja, entendiendo que no es bueno sacar la basura a la luz.
Así las cosas recién el próximo martes se podrá saber qué va a pasar realmente, sobre todo porque el primer magistrado vive una serie de situaciones que ponen en cuestionamiento su accionar.
Hay muchos frentes que debe afrontar el gobierno nacional, un presidente que mañana recibirá al primer mandatario de Francia, Francoise Holland.
Será un nuevo paso en materia de visitas de mandatarios extranjeros -días pasados estuvo en el país el primer ministro italiano- y un anticipo de lo que viene, ya que la semana de Mauricio Macri será bastante agitada, teniendo en cuenta que también mañana se anuncian movilizaciones y eventuales cortes por parte del sindicalismo combativo, fundamentalmente la CTA de Miceli, pidiendo por la reincorporación de los empleados del estado despedidos.
También Macri tiene pensado un viaje relámpago al Vaticano para reunirse el sábado 27 con el papa Francisco.
A su retorno, lo espera nada menos que la visita del presidente norteamericano, Obama, histórica sin duda porque hace muchos años que un mandatario del país del norte no visita la Argentina. Eso también ha generado críticas de ciertos sectores, que ponen el énfasis en la coincidencia de la llegada del presidente norteamericano con el 40 aniversario del golpe del 24 de marzo de 1976.
Así las cosas, habrá que ver de qué manera Macri supera todos los frentes abiertos, porque a los temas indicados hay que sumar la posibilidad de acuerdo con los fondos buitres, la inflación, el impuesto a las ganancias y el no establecimiento de una escala que libere a jubilados y determinados trabajadores del pago del gravamen.
La pregunta vuelve a resonar: Macri, ¿dirá o no dirá cómo recibió el país? El discurso del 1 de marzo es la gran respuesta.

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