TA TA TA ....

El diálogo entre Víctor Hugo Morales y Eduardo Feinmann puso algo de claridad al tema de la despedida del periodista uruguayo de Radio Continental. No le permitieron hacer su programa, arguyendo la radio que el conductor incumplía el contrato, y lo castigaban con el tema de que faltaba mucho al programa de la mañana.
Otros decían que los animadores del programa sentían que perdían audiencia por la presencia de VHM. De todas maneras no son justificativos para despedir a un tipo, que criticado o no, sin duda tiene su gente seguidora, como hoy se demuestra en Plaza de Mayo, con la convocatoria para apoyar al creador de Ta ta ta... gol, o del mejor relato del gol de Maradona a los ingleses, con aquel inmortal barrilete cósmico.
Eduardo Feinmann le comentó a Víctor Hugo que a él también le pasó algo parecido, cuando se mostró crítico del régimen de Cristina Kirchner, en radio 10, la radio de uno de los grandes socios del kirchnerismo, como Cristóbal López, ahora quizás no tanto K porque soplan otros vientos y la cosa es subirse al tren del PRO.
Sería larga la lista de periodistas que sufrieron las consecuencias de ser independientes. Desde aquel Juan Miceli preguntando con ingenio y no con  ingenuidad a gente de la Cámpora que ayuda en las inundaciones por qué llevaban bolsas de ayuda con propaganda de la Cámpora, cuando la ayuda era la solidaridad de la gente, sin banderías políticas. Eso le costó un debate ríspido con un referente de la Cámpora y finalmente que le dieran el buque del medio oficial, la TV pública.
A Pepe Eliaschev no le renovaron el contrato por su defensa de la libertad de prensa y del pensamiento libre de colores políticos. Y los casos son interminables.
El régimen que terminó su mandato el 10 de diciembre generó una grieta que será difícil de achicar, pero que terminó dividiendo los corazones, y eso en el periodismo se vio como nunca.
Hoy, aparentemente, la idea es volver a respirar la libertad de prensa como nunca debió dejar de existir y para eso hay que respetar el pensamiento de todas las corrientes, sean favorables o no. Lo importante es entender que como decía Moreno en La Gaceta de aquel 7 de junio de 1810, raros tiempos de felicidad son aquéllos en los que se puede decir lo que se siente y sentir lo que se dice.
Y asimismo nunca hay que dejar de recordar la máxima de Voltaire: no pensamos igual pero daría mi vida porque pueda expresar tus ideas sin censura.

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