PUNTAPIE DE BARRAS


El periodista Gustavo Grabia, de Olé y Clarín, es quizás el que mejor ha investigado la historias de los barras en el fútbol argentino. Así resulta interesante la nota que hoy publica en Clarín, relacionando la triple fuga con la trama de políticos, narcos y barras.
Menciona en ese sentido que la detención fugaz de Marcelo Mallo, creador de la ONG Hinchadas Unidas Argentinas "revela la escandalosa relación que une a punteros políticos K y barras con el tráfico de drogas en el Conurbano, que se reproduce en el resto del país".
Puede ser el huevo de la serpiente, porque el comienzo de esta historia remite a Grabia a la barranca quilmeña, cuatro década atrás.
Habla de la zona de la calle Videla entre Ceballos y Belgrano. "En esos 200 metros, a escasa cuadra y media de Argentino de Quilmes, se criaron los hermanos Cristian (43 años) y Martín (42) Lanatta.
"En ese radio de Quilmes, que también incluía las dos manzanas aledañas que están entre las calles Alem y Alsina se mezclaban todos los pibes de ese barrio de casa bajas conocido como La Barranca, que mezclaba pitucos de buen pasar con vecinos de siempre. Y donde también paraban futuros barrabravas de los clubes de la zona, que venían de la parte más baja, cercana al río, y de dos villas que fueron creciendo con el paso del tiempo: Los Alamos y La Cañada.
Agrega el periodista que "allí, en ese sector, los protagonistas de la fuga, decidieron que la vía más fácil para enriquecerse era caminar por la vereda oscura de la vida. Allí también conocieron a mucha gente que los ayudaría en distintas circunstancias. Como los Meiszner, que vivían a tres cuadras de la casa de los Lanatta y con cuyo hijo mayor, Andrés, jugaban picados en la calle, picados que también integraban a miembros de la familia Becerra y otros personajes que con el tiempo tendrían todos una vinculación común: la relación entre el fútbol en sus vertientes dirigencial y barrabrava, el Partido Justicialista, la policía bonaerense y la delincuencia, que comenzó con el raterismo y se fue desarrollando hasta incluir, desde fines de los 80 piratería del asfalto, robos a mano armada, secuestros exprés hasta llegar al narcotráfico, que terminó por cooptar mucha mano de obra desocupada del tablón en la última década y media.  Esto último a partir de la expansión sideral del negocio barra y la consecuente transformación de los jefes de la popular en punteros zonales clave, que terminaron armando ejércitos propios y manejando planes sociales del Estado.
Por eso, dice Grabia, cuando se decidió unir a las fuerzas federales a la investigación de la triple fuga, e le dio lugar a la repartición que trabaja sobre la relación barras y submundo delictual. Ahí se obtuvo la primera hipótesis que llevó a os allanamientos que terminaron con la detención momentánea de Marcelo Mallo, organizador de la ONG barra, Hinchadas Unidas Argentinas, dirigente justicialista de San Francisco Solano y vinculado en los últimos quince años a Aníbal Fernández, Rudy Ulloa, Julián Domínguez y a las cúpulas de todas las barras del país". 

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