ENERO...

Y se va nomás enero 2016, faltando apenas horas para entrar -desde el lunes- en febrero.
Pasa el mes de la feria judicial, el de las vacaciones de muchos argentinos, aquí y en el exterior, y el de los primeros 50 días del nuevo gobierno.
Se anticipa un febrero caliente, más allá del clima ambiente, porque los anuncios de la víspera del secretario de Energía, Juan José Arangueren, seguramente pondrán sobre el tapete una serie de cuestiones de profunda incidencia en los ciudadanos.
La inflación, los aumentos de precios, las tarifas, los peajes, las prepagas, los despidos, Milagro Sala, los trasnochados kirchneristas que no admiten los porqué de la derrota, etcétera, hablan de un 2016 especial, esperando marzo, mes en el que comienzan las sesiones ordinarias del Congreso Nacional, aunque en febrero podría haber alguna extraordinaria, si así lo decide el Poder Ejecutivo.
La famosa luna de miel, que suele existir entre nuevo gobierno y ciudadanía, seguramente tendrá cada vez menor duración porque todas las medidas que se tomaron afectan al bolsillo, y como decía el general Perón, se trata del órgano más sensible del ser humano.
En fin, llega febrero, y como diría Hugo Ponce, hoy en Cataluña, A galopar...

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