River terminó sucumbiendo ante el poderoso Barcelona. Ganó el catalán 3 a 0 -goles de Messi y Suárez 2-, que ratificó su supremacía para consagrarse campeón mundial interclubes.
Se jugó en Japón ante una multitud de hinchas millonarios (se habló de 20 mil), y como se esperaba ganó la lógica.
Barcelona volvió a contar con su MSN (Messi-Suárez-Neymar) como base fundamental para justificar sus pergaminos, más la creatividad de Iniesta, la solvencia de Pique, la jerarquía de Mascherano, Alves, etcétera.
El equipo de Luis Enrique contuvo lo que propuso River, que pretendió quebrar el cero en los primeros minutos pero sólo se acercó a la valla catalana, hasta que promediando el primer tiempo Messi concretó su gol, quedando la duda sobre si acomodó el balón con un brazo, algo que no se vio al menos a primera vista.
Ese gol prácticamente quebró los sueños riverplatenses y Luis Suárez, quien está pasando por un momento extraordinario, en dos oportunidades estiró las cifras.
Quedó la amargura para River, aunque al menos la satisfacción de llegar a la final. Pero enfrente estaba el hoy por hoy mejor equipo del mundo. Y así le fue.
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