EL MENSAJE DE PABLO


Como todos los años el amigo sacerdote Pablo Laguna Llano envió su mensaje desde Bilbao, relacionado con la Navidad y el Año Nuevo.
"Hermanas y hermanos, amigos todos. Paz en la desesperanza. Una nueva Navidad. La Buena Noticia de que hay salida, de que la vida tiene sentido en el horizonte de Jesús de Nazaret, que vivió para los demás.
"Los conflictos armados, la reciente noche terrorista de París, condenable sin paliativos desde todo punto de vista, incluído el punto de vista de los que venden las armas -¿quiénes son?- negocio bastardo-, la dictadura del neoliberalismo salvaje que potencia al "homo oeconomicus "frente al "homo humanus", los fundamentalismos de todo signo que con la excusa de lo divino excluyen y destruyen al otro, la corrupción generalizada donde el tener avasalla frente al ser.
"¿Podremos celebrar la Navidad con las malas estructurales de un mundo donde no hay voluntad política para afrontar el cambio climático, la riada humana migratoria, huyendo de conflictos múltiples de muerte, la violencia de género donde el asesinato de mujeres va en aumento?
"¿Podremos celebrar la Navidad-paz para las mujeres y hombres de buena voluntad, donde cada día son los números de la bolsa, del dogmatismo económico, de las agencias de calificación, etcétera, quienes determinan el caminar de los gobiernos en detrimento del bien social?
"Y nosotros como creyentes, ¿cómo van las cosas por casa? Es una pregunta doble. Por la casa propia, el entorno familiar, cercano, ¿cómo vivo ahí el sentido de la Navidad, la Buena Noticia de Jesús? Y por la casa común, la Iglesia, la comunidad creyente, los que hemos aceptado ese compromiso-horizonte de Jesús, ¿cómo vivimos desde lo que hablamos?
"El obispo de Roma, el Papa Francisco, desde que inició su ministerio petrino, quiere recuperar en la vida de la Iglesia una coherencia vital, de que hablamos y predicamos lo que vivimos. Y como parte de esa purificación y saneamiento que necesita la Iglesia ha salido la corrupción-escándalo de las cuentas vaticanas.
"Animo querido Francisco, tenemos que recuperar el valor de la Palabra, tenemos que purificar tanta palabrería del mundo eclesiástico, y aquí nos metemos todos para preguntarnos si el misterio del Dios de la Vida y el seguimiento de Jesús el Cristo para encotnrar al Dios de todos y para todos, constituye realmente el centro de nuestra vida. O proclamamos un Dios de la Vida rico en Misericordia, y un Señor Jesús camino al Padre-retórica coyuntural-, como excusa para nuestros propios intereses, para nuestros propios dioses que nos tienen secuestrados y esclavizados.
"La sencillez, la humildad y la austeridad en los que insiste nuestro Papa Francisco, es nuclear en nuestro ministerio. Hemos elegido este compromiso en el seguimiento de Jesús con su Iglesia, no como "una carrera profesional" sino para que viviendo al estilo de Jesús que vino a servir y a no ser servido, hacer viable y realidad el rostro misericordioso del Padre.
"Cuando recuperemos una Navidad, donde celebremos, no sólo en la palabra sino en la vida, que la "memoria" de Jesús-Emmanuel es un Dios con nosotros, para nosotros y no contra nosotros.
En la vida de la Iglesia, muchas veces el mundo eclesiástico hemos pretendido secuestrar al Dios de Jesús y al Jesús de Dios en aras de nuestros intereses, de dominar e imponer olvidando que nuestra opción es de servicio y no de dominio.
"Animo, merece la pena apostar por los sueños de Jesús el Cristo, un mundo nuevo, humano y fraterno. Una Navidad humana para un año nuevo más humano".
Las últimas palabras de Pablo tienen un sabor particular: "Querido hermano Eduardo. Paz y ánimo con tus hijos y demás familia. Que el tiempo navideño nos permita días entrañables de familia, abiertos al nuevo año para tratar de hacerlo mejor, distinto. Hasta el año que viene". Pablo. 

Comentarios