Escrutadas recién el 1 por ciento de las mesas, Mauricio Macri se está imponiendo en los comicios realizados hoy en la Argentina.
Como adelantó el colega Roberto Carrigall una hora antes de la conclusión del acto electoral, el candiadto de Cambiemos se impone en el balotaje al representante del Frente para la Victoria, Daniel Scioli.
En estos momentos se dan a paso vertiginoso los datos de las distintas mesas escrutadas en todo el país, y se estima que en una hora se podrá tener una tendencia definitiva del resultado.
De todas maneras, se puede aventurar que no habrá demasiados cambios, por lo que los siete u ocho puntos que Macri le lleva a Scioli se mantendrán e incluso, ampliarán con el correr de los resultados.
El pueblo argentino vivió una jornada histórica, ya que por primera vez se concretó un balotaje entre los dos candidatos más votados en las elecciones del 25 de octubre.
En aquella ocasión había ganado Scioli por dos puntos y medio sobre Macri, y hoy había que decidir entre los dos.
El pueblo prefirió a Macri, como una manera de dar por terminado el ciclo de 12 años del kierchnerismo.
De esta forma se ratificó lo ocurrido el 25 de octubre, con el gran triunfo de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires- donde derrotó al candidato, el quilmeño Aníbal Fernández- y la victoria de varios representantes del frente Cambiemos en el Gran Buenos Aires y la principal provincia del país.
Hartazgo y alivio, son quizás los sentimientos que más se tuvieron en cuenta a la hora de definir esta elección.
Se viene una nueva etapa, en la que el peronismo tendrá que restructurar su partido y pasar las facturas del caso a los mariscales de la derrota, entre otros, la propia presidente Cristina Fernández de Kirchner, y el quilmeño Aníbal Fernández.
La grieta, la división, el confundir adversario por enemigo, etcétera, han sido condimentos del kirchnerismo que terminaron por cansar a la población, para que se manifieste de esta contundente, consagrando al ingeniero Mauricio Macri como el próximo presidente de los argentinos, junto a Gabriela Michetti.
Sin duda el nuevo gobierno no la tendrá fácil, porque recibe un país en problemas. De todas maneras el hecho de tener el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la provincia más importante del país y la Nación vale para pensar en políticas conjuntos para resolver los problemas.
Las incógnitas pasan por la reacción que tendrá el peronismo, ahora en la oposición y cómo se encarrilará la Cámpora, el kirchnerismo, los militantes en esta nueva etapa.
El Papa había pedido que el pueblo votara con sabiduría, porque sabe lo que él piensa. Esta ha sido la respuesta, y vale brindar por esta nueva avenida que se abre en el destino de la Nación.
Como adelantó el colega Roberto Carrigall una hora antes de la conclusión del acto electoral, el candiadto de Cambiemos se impone en el balotaje al representante del Frente para la Victoria, Daniel Scioli.
En estos momentos se dan a paso vertiginoso los datos de las distintas mesas escrutadas en todo el país, y se estima que en una hora se podrá tener una tendencia definitiva del resultado.
De todas maneras, se puede aventurar que no habrá demasiados cambios, por lo que los siete u ocho puntos que Macri le lleva a Scioli se mantendrán e incluso, ampliarán con el correr de los resultados.
El pueblo argentino vivió una jornada histórica, ya que por primera vez se concretó un balotaje entre los dos candidatos más votados en las elecciones del 25 de octubre.
En aquella ocasión había ganado Scioli por dos puntos y medio sobre Macri, y hoy había que decidir entre los dos.
El pueblo prefirió a Macri, como una manera de dar por terminado el ciclo de 12 años del kierchnerismo.
De esta forma se ratificó lo ocurrido el 25 de octubre, con el gran triunfo de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires- donde derrotó al candidato, el quilmeño Aníbal Fernández- y la victoria de varios representantes del frente Cambiemos en el Gran Buenos Aires y la principal provincia del país.
Hartazgo y alivio, son quizás los sentimientos que más se tuvieron en cuenta a la hora de definir esta elección.
Se viene una nueva etapa, en la que el peronismo tendrá que restructurar su partido y pasar las facturas del caso a los mariscales de la derrota, entre otros, la propia presidente Cristina Fernández de Kirchner, y el quilmeño Aníbal Fernández.
La grieta, la división, el confundir adversario por enemigo, etcétera, han sido condimentos del kirchnerismo que terminaron por cansar a la población, para que se manifieste de esta contundente, consagrando al ingeniero Mauricio Macri como el próximo presidente de los argentinos, junto a Gabriela Michetti.
Sin duda el nuevo gobierno no la tendrá fácil, porque recibe un país en problemas. De todas maneras el hecho de tener el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la provincia más importante del país y la Nación vale para pensar en políticas conjuntos para resolver los problemas.
Las incógnitas pasan por la reacción que tendrá el peronismo, ahora en la oposición y cómo se encarrilará la Cámpora, el kirchnerismo, los militantes en esta nueva etapa.
El Papa había pedido que el pueblo votara con sabiduría, porque sabe lo que él piensa. Esta ha sido la respuesta, y vale brindar por esta nueva avenida que se abre en el destino de la Nación.
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