KONGRESO

Parece que el kirchnerismo está dispuesto a poner palos en la rueda hasta el último minuto de su mandato.
Así, entonces, aparece una sesión en la Cámara de Diputados que va por la cornisa del reglamento.
Para sesionar, el Cuerpo necesita la presencia de la mitad más uno de los legisladores. Como son 257, esa cifra establece 129. Si se logra, existe quórum y hay sesión posible.
Pero cuando se opera con quórum estricto existen problemas de difícil solución.
Hoy, por ejemplo, a quince días del cambio de gobierno, el oficialismo -que sigue todavía- pretende sancionar cerca de cien iniciativas, con el agravante de que la oposición -futuro oficialismo- decidió no dar quórum para no avalar lo que entiende es una sesión amañada.
Dicen los opositores, que serán oficialistas dentro de poco, que la sesión está quebrando el espíritu del reglamento, porque se trata de proyectos que se aprobaron en comisión en las últimas horas y donde todavía no hay textos de los dictámenes.
En ese camino, todo lo que se pudiera aprobar hoy estaría golpeando la legalidad.
¿Para qué tanto apuro? se preguntan desde el frente Cambiemos.
Lo curioso es que para lograr el quórum, el oficialismo se apoyó en aliados y eventuales acompañantes, como los partidos de izquierda. Entre los que dieron quorum se encuentra la diputada Victoria Donda, quien defiende un proyecto referido a los trabajadores del ex hotel Bauen, hoy cooperativa.
Donda ha dicho que fue la creadora de la iniciativa, que lleva bastante tiempo y que el objetivo es defender el futuro de los trabajadores de la cooperativa.
Promediando la tarde la sesión pasó a cuarto intermedio por falta de quórum, y seguía suspendida hasta que apareciera el diputado que falta para tener el número necesario.
Quedará para la historia y para la histeria republicana esta chicana del oficialismo de aprobar leyes como si se tratara de una máquina de fabricar chorizos.
La República no se merece este maltrato. Ojalá exista sentido común -que puede ser el menos común de los sentidos- y que las aguas republicanas bañen de claridad al Parlamento argentino.

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