No hubo cadena nacional pero sí habló Cristina Fernández de Kirchner. Desde la Casa Rosada, junto a la militancia, apareció haciendo una lectura muy especial de los comicios del domingo.
CFK se mostró democrática -quizás conciente de que le faltan apenas 40 días para dejar el poder- pero alentó a los seguidores a continuar con el proyecto y votar a Daniel Scioli en el balotage del próximo 22 de noviembre.
La presidente hizo un largo discurso, habló de logros, hizo historia del balotage y recordó a su marido, Néstor, quien no pudo participar de esa instancia porque con el 22 por ciento de los votos, el otro contrincante, Carlos Menem, desistió de la segunda vuelta.
También se refirió al matrimonio igualitario como uno de los logros de este gobierno, aunque olvidó que la iniciativa perteneció a Vilma Ibarra, quien lo cuenta en su libro, una biografía no autorizada de CFK. Allí Vilma Ibarra recuerda que desde el kirchnerismo le bocharon el proyecto, lo mantuvieron congelado por dos años y cuando testearon a la sociedad, advirtiendo que era viable para la gente, se subieron a la iniciativa y la tomaron como propia, algo bastante repetido de los artífices de la famosa "década ganada".
Cristina sabe que está más cerca del Calafate, su lugar en el mundo, y hoy comenzó a despedirse.
CFK se mostró democrática -quizás conciente de que le faltan apenas 40 días para dejar el poder- pero alentó a los seguidores a continuar con el proyecto y votar a Daniel Scioli en el balotage del próximo 22 de noviembre.
La presidente hizo un largo discurso, habló de logros, hizo historia del balotage y recordó a su marido, Néstor, quien no pudo participar de esa instancia porque con el 22 por ciento de los votos, el otro contrincante, Carlos Menem, desistió de la segunda vuelta.
También se refirió al matrimonio igualitario como uno de los logros de este gobierno, aunque olvidó que la iniciativa perteneció a Vilma Ibarra, quien lo cuenta en su libro, una biografía no autorizada de CFK. Allí Vilma Ibarra recuerda que desde el kirchnerismo le bocharon el proyecto, lo mantuvieron congelado por dos años y cuando testearon a la sociedad, advirtiendo que era viable para la gente, se subieron a la iniciativa y la tomaron como propia, algo bastante repetido de los artífices de la famosa "década ganada".
Cristina sabe que está más cerca del Calafate, su lugar en el mundo, y hoy comenzó a despedirse.
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