River está padeciendo los problemas de haber llegado a la cima. Después de eso qué... se podrá preguntar el hincha del Millonario que anoche vio pasear a su equipo con pena y sin gloria por el Libertadores de América.
En la otra vereda, Independiente se floreó, dando a entender que está en el camino hacia la gloria, en este caso clasificación para la Liguilla prelibertadores.
Las dos caras del fútbol en un mismo partido. River sabe que en diciembre tendrá enfrente la posibilidad de jugar la final del mundial de clubes, supuestamente ante el Barcelona, que también está padeciendo su crisis, ahora más notoria que nunca ante la lesión de Messi (dicen que el mejor del mundo podrá estar en esas finales).
Mientras tanto, millonarios y catalanes padecen las de Caín. En fin, son humanos, y el fútbol sigue siendo, Panzeri mediante, dinámica de lo impensado. De lo contrario no se podría explicar el 1 a 0 de Boca a Crucero, con el agravante del penal que le dieron a Boca, que no fue y malogró Tevez o el penal para Crucero que el árbitro Vigliano ignoró, con la plancha del Cata Díaz en el pecho del delantero misionero.
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