UNO MISMO

Se sigue exhibiendo en el Hoyts de Quilmes la película Uno mismo, de Gabriel Arregui, con las actuaciones de Chino Darín y María Dupláa en los roles protagónicos.
El filme fue estrenado el 17 de setiembre y por ahora seguirá dándose todos los día a las 20.40 en una sala del complejo (hasta fin de mes).
En la proyección de anoche había alrededor de veinte personas en el cine, que pudieron apreciar una película esencialmente "quilmeña" y cervecera, porque el protagonista, UNO, encarado por Darín, es fana del QAC -está casi toda la película refiriendo ese dato, con vestimenta, escudos, imágenes del campeón 78, etcétera- y su vida transcurre entre su casa y el trabajo, ligado con la publicidad en la vía pública (Luz producciones y la marca ONE).
Todo está relacionado también con la calificación del protagonista como UNO, un chico de treinta que vive entre el fútbol, la casa y su trabajo independiente.
De pronto esa rutina se quiebra cuando junto a un amigo -Bigote, que hace recordar al jefe de gabinete y presidente en licencia del QAC- descubre a UNA (el papel de María Dupláa).
A partir de ahí la vida de UNO cambia radicalmente. Con UNA arman una relación intensa y apasionada, que con el tiempo se va chocando con la importancia de la personalidad de cada UNO.
Precisamente, ello lleva a la crisis, a la separación y la búsqueda del destino de UNO y UNA.
Así las cosas la película es lineal, simple, sin grandes pretensiones, mostrando la ciudad de Quilmes con lugares emblemáticos como la ribera, una casa de Ezpeleta donde se realizó la mayor parte del rodaje y el Parque Cervecería.
Para los exigentes la película no alcanzará a conformar. Se trata de un buen intento, aunque con baches.
Al director le gustan los primeros planos, se apoya en imágenes y fantasía para adornar el mundo de UNO, y recurre a efectos especiales para acompañar su idea.
El público quilmeño la acompañó en sus primeros días de proyección pero con el tiempo se fue apartando y seguramente, al no alcanzar la media, el próximo miércoles será la última exhibición en el Hoyts quilmeño de la calle Calchaquí.
También se está dando en el Espacio INCAA, Gaumont, de la calle Rivadavia al 1600, cerca del Congreso.
Gabriel Arregui, director de El torcán, también una película ligada con la ciudad, recordando a Luis Cardei, hace cine con lo que puede.
En el caso de UNO Mismo hubiera sido más atractivo que se buscara llenar el filme con más cotillón cervecero, sobre todo teniendo en cuenta lo que significa el estadio Centenario y la posibilidad de filmar en un día de partido (hay una escena de "hinchas quilmeños" que terminan celebrando un gol, muy armada y quizás desprovista de aquello que implica seguir al Decano del fútbol argentino).
El Quilmes AC debió aportar mucho más apoyo logístico para esta película, habrá que ver por qué no fue así porque el director fatigó hasta el cansancio por difundir el club de sus amores (si bien hoy vive en La Plata, residió muchos años en el distrito).
La película se apoya en el protagónico del Chino Darín, como el gran gancho para que el público quilmeño se acerque al cine, y el Chino se pone la mochila al hombro y sale airoso.
Hay una reiterada exposición del actor frente al cigarrillo, lo que no debe sorprender, porque el propio artista dice que fuma mucho y que lo hace desde los 18 años, hace once, y que si bien debería dejarlo se le vuelve muy difícil.
En fin, algunos calificarán a la película de híbrido, otros dirán que fue un buen intento, y en el resumen hay que señalar que es una expresión cervecera desde la óptica de un joven que lleva la pasión futbolera en la piel. La llegada de la compañera le mueve el piso, lo hace pensar y le cambia la rutina de su vida. Si hasta deja de ver al Cervecero por ella... Todo lo que pasa después conviene verlo en el cine y sacar las propias conclusiones.
Ah! Anoche en la sala quilmeña estaban el relator Adrián Di Blasi y su esposa, y el ex embajador argfentino ante el Vaticano, el quilmeño Carlos Custer. Di Blasi llenó de elogios el filme en la previa al partido que hoy relata de Defensa y Quilmes. Claro, debe agradecer que Arregui en un momento lo muestra al Chino escuchando un relato de Di Blasi de un partido con Ríver y otro con Boca.
Por último vale concluir que esta película no pasará a la historia como una obra de arte, sí puede ser por constituirse en un documento del corazón para aquél que vibra cada vez que juega el Quilmes AC.

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