PAPA FRANCISCO

El paso del Papa Francisco por Cuba y Estados Unidos, apuntalando la gestión de acercamiento entre estos dos países que parecían irreconciliables, dejó su impronta.
Cada discurso del sumo pontífice fue una pieza oratoria, con un mensaje preclaro y con sabor a destino.
Lo hizo con la sencillez de un hombre de pueblo, incluso, valga como anécdota, dijo que cuando las madres le cuentan que sus hijos, mayores de treinta, no quieren casarse, él les aconsejó que les dejen de planchar las camisas. Todo un símbolo de este argentino con eco mundial.

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