AQUEL 28...

Martes 28 de junio de 1966. En la madrugada es depuesto el gobierno constitucional del doctor Arturo Illia, para irrumpir el golpe de Estado del general Juan Carlos Onganía.
La denominada revolución argentina decía que venía para producir el nuevo país. Tenía un mentor, el doctor Roberto Roth, desde la secretaría legal y técnica de la presidencia, y un grupo de civiles y militares que suponían que cortaban el orden constitucional para devolver la república, cuando en realidad lo que hacían era quebrar la república para atrasar al país (lo mismo ocurriría diez años más tarde, con el denominado proceso de reorganización nacional, que gestó la más terrible dictadura que sufrió la Argentina en toda su historia).
Aquel golpe del 28 de junio de 1966 fue apoyado por civiles, inclusive desde algunos medios como la revista Primera Plana, dirigida por Jacobo Timerman -el padre del actual canciller- y que tenía como columnista estrella a un muy joven doctor Mariano Grondona, autor del comunicado 150, para justificar el golpe.
Se hablaba de restaurar la república en tres pasos, primero el económico, luego el social y finalmente el político, como si esas tres columnas de un país fueran compartimientos estancos.
El entonces presidente, doctor Arturo Illia -un médico radical, oriundo de Pergamino pero residente en Cruz del Eje, Córdoba- le dijo a su jefe del regimiento de Granaderos, que vino a cumplir la orden de retirada, que se iba a arrepentir de lo que hacía y le iba a pedir perdón a la república. Así ocurrió una década más tarde con el coronel Perlinger, quien reconoció la sabiduría del presidente radical.
Este golpe del 66 fue muy duro con las instituciones, entre otras el Parlamento, que fue prácticamente devastado y disuelto, incluso por primera y única vez en la historia parlamentaria argentina fue disuelto el cuerpo de taquígrafos, ojos y oídos del Parlamento, sin duda, una afrenta al Poder Legislativo nacional.
La obra teatral, Don Arturo, de Eduardo Rovner, que interpretó el actor Luis Brandoni junto a Miguel Habud, reflejó con histórica fidelidad los sucesos ocurridos en esos días del año 66 en el país.
Particularmente, la intimidad del mundo Illia en esos momentos, junto a su fiel secretario, Luis Caeiro.
Se cumplen hoy 49 años de aquel golpe de facto, en tiempos en que el peronismo estaba proscripto.

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