No fue un jueves más, ayer fue superbochornoso. Comenzó con la página del diario La Nación, donde se mostraba al jefe de gabinete, el quilmeño Aníbal Fernández, participando de las Conversaciones que organiza el medio, junto al periodista Joaquín Morales Solá.
Fernández, quien reconoció que hacía años que no concurría al diario de los Mitre, expuso sus pensamientos ante un medio crítico.
Posteriormente se supo que la Asociación del Fútbol Argentino había suspendido todo el fútbol del fin de semana, en todas las categorías, por la muerte del futbolista Emanuel Ortega, de San Martín de Burzaco, luego de diez días de estar en terapia intensiva a raíz de un golpe contra una pared en el partido con Juventud Unida.
No se suspendía TODO el fútbol porque había dos partidos organizados por la CONMEBOL, que no podían suspenderse, por tratarse de otra órbita, aunque bien hubiera sido saludable que también se suspendieran estos partidos.
No fue así. Incluso la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo cadena nacional -la 17 de este año- para inaugurar una universidad en Río Negro, junto al senador Pichetto, a quien presentó como el futuro gobernador, aclarando que iba a hablar poco y rápido porque... "juega Racing y si no, mi familia (léase Máximo) me mata".
Cristina defendió a su ministro de Economía, Axel Kicillof, aclarando que no cobraba el sueldo de director de YPF, porque el trabajo en esa empresa lo hacía "ad honorem". Así desmentía la tapa de Clarín, que había señalado que por esa labor cobraba más de 400 mil pesos por mes (en otro orden de cosas, ¿un director de YPF, empresa nacional, puede cobrar esa suma...? Eso es harina de otro costal).
Después jugó Racing y ganó, pasando de ronda en la Libertadores... la familia Kirchner contenta, aquí y en el más allá.
Llegó el Superclásico versión dos copa Libertadores, esta vez en la Bombonera. Primer tiempo sin goles, y espera del segundo. Con el empate Boca queda afuera, y sucedió lo increíble: la agresión a los jugadores de River en la manga cuando regresaban para el segundo tiempo. Lesiones en la piel, en los ojos... se habló de gas pimienta, de una bengala "fosforífera", etcétera.
El descontrol, los inadaptados, 1200 policías incapaces de controlar, dirigentes que van y vienen, los gritos de los simpatizantes, la barra que se divierte, el árbitro Herrera que va de aquí para allá como bola sin manija, el veedor de la Conmebol que llama y llama para ver qué se hace (¿se habrá comunicado con José Luis Meiszner?), la aparición del Subsecretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, siempre listo para estos menesteres -como meses atrás en el departamento del fiscal Nisman muerto- etcétera, etcétera.
Periodistas que reiteran que ya habían anunciado que esto podía pasar, el clima política, el presidente de Boca, Angelici, quien comenta aunque fuera off de record que "lo acostaron". La interna política, la relación Angelici-Macri-Santilli, las solicitadas de Víctor Santamaría, del gremio de los encargados de edificios, que quiere ser presidente de Boca... Angelici pretende ocupar el lugar de Meiszner en la Conmebol...
Todo ese combo y mucho más... Un dron que desde el campo de juego muestra un fantasmita millonario con la B, por el paso de Ríver por esa categoría... En fin...
Los jugadores de River que no se pueden ir del campo de juego, los de Boca que echan más leña al fuego, guiados por el impresentable de Orión, todo y mucho más hasta que pasada la medianoche se anuncia la suspensión del encuentro. Y ahora debe ser la Conmebol la que debe decidir.
Se habla de una continuación en estadio neutral sin público, lo que parece un despropósito porque fue Boca, el anfitrión, el que no pudo, no supo, no quiso, lo que se quiera controlar a los inadaptados de siempre. Y a veces hurgando en la realidad se puede llegar a "descubrir" las connivencias entre dirigentes, barras, políticos, funcionarios...
Un Superbochorno. Hay público venido de distintos lugares del país y del mundo. Un hincha de Boca, que llegó de Chivilcoy, reconoció que se había levantado a las 6 de la mañana para llegar a la Bombonera, y que no salía de su asombro por todo lo que pasó. Y resumía que en estas condiciones, aunque le doliera, entendía que debían dar por terminado el partido, dejando afuera a su querido Xeneize de la Copa.
Sin duda, ese debería ser el veredicto de la Conmebol ante los hechos ocurridos, porque otra decisión sería una nueva cachetada al fútbol.
Ayer era el día del futbolista, increíblemente. A la mañana se velaba a un jovencito que con sueños e ilusiones quería ser futbolista y lo hacía desde San Martín de Burzaco, aunque fuera a préstamo porque su pase pertenecía a Bánfield. A la tarde se suspendía el fútbol local, a la noche el fútbol internacional mostraba esa página de bochorno que está recorriendo el mundo. Pensar que alguna vez se hizo una encuesta en la que se dijo que uno de los acontecimientos más intensos y apasionantes del mundo para vivir era un Superclásico en la Bombonera.
Quizás este final de jueves sea reflejo de una sociedad enferma, un sistema que ha colapsado y que no encuentra solución. Mezquindad en los dirigentes, intereses por doquier, el fútbol como supernegocio sin importar los valores, etcétera.
El ministro de Trasporte, Randazzo, reconoció que en estas condiciones podría suspenderse el fútbol por tiempo indeterminado.
Ayer se fueron los hinchas visitantes de los estadios para evitar hechos de violencia, ahora sólo con público local los indicidentes siguen dando la nota. En la Boca había 50 mil personas, y sólo un mínimo porcentaje provocó este bochorno. Como para pensar... claro si detrás de todo hay dirigentes, políticos, barras, etcétera, entonces ¿cómo imaginar que esto no va a seguir pasando? Lamentablemente....
PD: el partido no puede ni debe continuar. Eso dice la lógica, el sentido común... de todas maneras, ¿no será el menos común de los sentidos?
Fernández, quien reconoció que hacía años que no concurría al diario de los Mitre, expuso sus pensamientos ante un medio crítico.
Posteriormente se supo que la Asociación del Fútbol Argentino había suspendido todo el fútbol del fin de semana, en todas las categorías, por la muerte del futbolista Emanuel Ortega, de San Martín de Burzaco, luego de diez días de estar en terapia intensiva a raíz de un golpe contra una pared en el partido con Juventud Unida.
No se suspendía TODO el fútbol porque había dos partidos organizados por la CONMEBOL, que no podían suspenderse, por tratarse de otra órbita, aunque bien hubiera sido saludable que también se suspendieran estos partidos.
No fue así. Incluso la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo cadena nacional -la 17 de este año- para inaugurar una universidad en Río Negro, junto al senador Pichetto, a quien presentó como el futuro gobernador, aclarando que iba a hablar poco y rápido porque... "juega Racing y si no, mi familia (léase Máximo) me mata".
Cristina defendió a su ministro de Economía, Axel Kicillof, aclarando que no cobraba el sueldo de director de YPF, porque el trabajo en esa empresa lo hacía "ad honorem". Así desmentía la tapa de Clarín, que había señalado que por esa labor cobraba más de 400 mil pesos por mes (en otro orden de cosas, ¿un director de YPF, empresa nacional, puede cobrar esa suma...? Eso es harina de otro costal).
Después jugó Racing y ganó, pasando de ronda en la Libertadores... la familia Kirchner contenta, aquí y en el más allá.
Llegó el Superclásico versión dos copa Libertadores, esta vez en la Bombonera. Primer tiempo sin goles, y espera del segundo. Con el empate Boca queda afuera, y sucedió lo increíble: la agresión a los jugadores de River en la manga cuando regresaban para el segundo tiempo. Lesiones en la piel, en los ojos... se habló de gas pimienta, de una bengala "fosforífera", etcétera.
El descontrol, los inadaptados, 1200 policías incapaces de controlar, dirigentes que van y vienen, los gritos de los simpatizantes, la barra que se divierte, el árbitro Herrera que va de aquí para allá como bola sin manija, el veedor de la Conmebol que llama y llama para ver qué se hace (¿se habrá comunicado con José Luis Meiszner?), la aparición del Subsecretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, siempre listo para estos menesteres -como meses atrás en el departamento del fiscal Nisman muerto- etcétera, etcétera.
Periodistas que reiteran que ya habían anunciado que esto podía pasar, el clima política, el presidente de Boca, Angelici, quien comenta aunque fuera off de record que "lo acostaron". La interna política, la relación Angelici-Macri-Santilli, las solicitadas de Víctor Santamaría, del gremio de los encargados de edificios, que quiere ser presidente de Boca... Angelici pretende ocupar el lugar de Meiszner en la Conmebol...
Todo ese combo y mucho más... Un dron que desde el campo de juego muestra un fantasmita millonario con la B, por el paso de Ríver por esa categoría... En fin...
Los jugadores de River que no se pueden ir del campo de juego, los de Boca que echan más leña al fuego, guiados por el impresentable de Orión, todo y mucho más hasta que pasada la medianoche se anuncia la suspensión del encuentro. Y ahora debe ser la Conmebol la que debe decidir.
Se habla de una continuación en estadio neutral sin público, lo que parece un despropósito porque fue Boca, el anfitrión, el que no pudo, no supo, no quiso, lo que se quiera controlar a los inadaptados de siempre. Y a veces hurgando en la realidad se puede llegar a "descubrir" las connivencias entre dirigentes, barras, políticos, funcionarios...
Un Superbochorno. Hay público venido de distintos lugares del país y del mundo. Un hincha de Boca, que llegó de Chivilcoy, reconoció que se había levantado a las 6 de la mañana para llegar a la Bombonera, y que no salía de su asombro por todo lo que pasó. Y resumía que en estas condiciones, aunque le doliera, entendía que debían dar por terminado el partido, dejando afuera a su querido Xeneize de la Copa.
Sin duda, ese debería ser el veredicto de la Conmebol ante los hechos ocurridos, porque otra decisión sería una nueva cachetada al fútbol.
Ayer era el día del futbolista, increíblemente. A la mañana se velaba a un jovencito que con sueños e ilusiones quería ser futbolista y lo hacía desde San Martín de Burzaco, aunque fuera a préstamo porque su pase pertenecía a Bánfield. A la tarde se suspendía el fútbol local, a la noche el fútbol internacional mostraba esa página de bochorno que está recorriendo el mundo. Pensar que alguna vez se hizo una encuesta en la que se dijo que uno de los acontecimientos más intensos y apasionantes del mundo para vivir era un Superclásico en la Bombonera.
Quizás este final de jueves sea reflejo de una sociedad enferma, un sistema que ha colapsado y que no encuentra solución. Mezquindad en los dirigentes, intereses por doquier, el fútbol como supernegocio sin importar los valores, etcétera.
El ministro de Trasporte, Randazzo, reconoció que en estas condiciones podría suspenderse el fútbol por tiempo indeterminado.
Ayer se fueron los hinchas visitantes de los estadios para evitar hechos de violencia, ahora sólo con público local los indicidentes siguen dando la nota. En la Boca había 50 mil personas, y sólo un mínimo porcentaje provocó este bochorno. Como para pensar... claro si detrás de todo hay dirigentes, políticos, barras, etcétera, entonces ¿cómo imaginar que esto no va a seguir pasando? Lamentablemente....
PD: el partido no puede ni debe continuar. Eso dice la lógica, el sentido común... de todas maneras, ¿no será el menos común de los sentidos?
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