BEATIFICACION


El Papa Francisco está llevando a cabo la tarea de la santificación de un empresario argentino.
Así lo menciona la periodista Claudia Peiró en una nota publicada por Infobae.
Se trata del empresario Enrique Shaw, fallecido en 1962 y que tenía una fábrica en Berazategui.
Señala Peiró que el comentario del Papa fue a la periodista mexicana que lo entrevistó en El Vaticano. Se le preguntó al Sumo Pontífice si al tomar la opción por los pobres, dejaba de lado a los ricos. Y Francisco respondió que hay personas con dinero, dinero limpio (que se dicen), ¿sólo los pobres son los buenos, y los ricos son los malos?".
Francisco recordó que venía de una familia de clase media, acomodada. "No hay ningún resentimiento. Yo conocí gente rica y estoy llevando adelante la causa de beatificación de un empresario argentino, Enrique Shaw, que era rico, pero era santo. O sea, una persona puede tener dinero. Dios se lo da para que lo administre bien. Y ese hombre lo administraba bien. No con paternalismo, sino haciendo crecer a aquellos que necesitaban de su ayuda".

El empresario

Enrique Shaw fue marino, empresario y padre de una familia numerosa, con nueve hijos. Sobre su vida se realizó un documental y una película.
Una de las hijas del empresario, Sara Shaw de Critto, dijo en una nota publicada en Infobae que su padre se anticipó bastante a lo que se llamó responsabilidad social empresaria. 
Y recordó que cuando estaba en el último tramo de su vida, la fábrica estaba medio parada. La fábrica producía la marca Pirex y hubo una sugerencia, por parte de los accionistas de Rigolleau, de despedir a 400 obreros. 
Enrique Shaw amenazó con la renuncia si se producía el despido. Incluso convenció a los accionistas que era más caro despedir y tener que contratar y preparar a otra gente. Así, los puso a hacer otras tareas, como pintura y reparación de la planta. La fábrica sobrevivió y revivió. 
Shaw, según cuenta su hija, iba tres veces por semana a la fábrica en Berazategui. Conocía los nombres de todos los obreros que trabajaban en ella. Y a la hora de almorzar, iba un día a la casa de uno y otro, a la de otro. Estaba cerca de la gente y sus problemas. Dice la hija que entre dirigentes y obreros había un muro, que don Enrique no veía ni sentía.
La hija cree que la beatificación de su padre puede servir para instalar el ejemplo de un estilo diferente de empresa, más humana, y a la sazón, más exitosa. Porque Cristalerías Rigolleau es exitosa, lo que prueba que puede haber convergencia entre lo ético y lo eficiente.
El abogado Juan Navarro Floria, postulador de la causa de beatificación, dijo que el mensaje que dejará la beatificación es que la enseñanza social de la Iglesia no es una teoría, sino un modo de relacionarse dentro de la empresa, entre capital y trabajo, entre dirigentes y trabajadores, que pueden trabajar juntos por el bien común y en sentido creador. Porque la actividad del empresario es una cooperación o colaboración con la obra creadora de Dios.
Ante todo, tiene que ser un buen empresario, es decir, ganar dinero. El tema es qué hace con esa ganancia, o sea que la reparta en términos justos no es una negación de los valores de la empresa.

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