ANIBAL Y LA NACION


Un quilmeño estuvo en La Nación, después de muchísimos años de ausencia, y quiere incursionar en la provincia de Buenos Aires en el máximo cargo. En suma, quiere ser el sucesor de Daniel Scioli.
Se trata de Aníbal Fernández, jefe de gabinete de la nación, quien concurrió al diario de los Mitre y logró ser tapa: dijo que quería ser el sucesor de Scioli, a quien elogió.
"Aníbal Fernández se muestra confiado. Está seguro de la decisión que tomó y dice que lo hizo con el aval de Cristina Kirchner.
Recordó que había levantado el teléfono y 80 intendentes estuvieron en el lanzamiento de su campaña a gobernador.
En este caso Aníbal mantuvo un diálogo picante con el periodista Joaquín Morales Solá, en el ciclo Conversaciones en La Nación. 
Aníbal aseguró que nunca cambió. "Defiendo mis ideas. El que ofende es usted", explicó ante la insinuación del periodista de que cambió su comportamiento con el tiempo.
Vale agregar que seguramente Morales Solá hablaba de su paso por el duhaldismo, el menemismo y ahora el kirchnerismo y concretamente el cristinismo.
Criticó al doctor Fayt y señaló que el magistrado no redactaba y que lo hacía el secretario general del cuerpo, Pablo Hirschman. Y le preguntó al periodista que le dijera de alguna causa en la que no coincidía con el titular de la Corte, Lorenzetti.
Morales Solá le recordó al periodista que Fayt votó en disidencia en la causa del gigante petrolero norteamericano Chevron, y ahí Aníbal reconoció que no lo tenía presente. 
También se refirió al caso Nisman, cuando se le preguntó por qué descalificaba a Nisman cuando ya estaba muerto. Aníbal sostuvo que lo había descalificado cuando estaba vivo. "El mismo día en que presentó la denuncia, dije que era ridícula. Es más, si usted me pregunta internamente qué pensaba, ojalá hubiera podido debatir con él, porque no tenía dudas de que cuando se diera a conocer la denuncia se iba a demostrar que era una paparruchada.
"Todo lo que Nisman hizo lo hubiera conducido inexorablemente a la cárcel". Y cerró: "Los muertos no se santifican porque mueren".
Más adelante Fernández se desentendió del general Milani, asegurando que no tenía trato con él. "Cuando tengo que resolver algo lo hago con el ministro Rossi. El Ejército hace tareas específicas que hacen a la defensa. No realiza inteligencia interna, no puede hacerlo".
En cuanto a la alta imagen negativa que tiene Aníbal Fernández, expresa que tiene la convicción de que puede dar vuelta la imagen.
Dice el periodista que fuentes cercanas al funcionario anticiparon a La Nación que la imagen negativa se redujo a la mitad.
Por último, Aníbal dijo que había que realizar una fuerte inteligencia en materia de seguridad, y reconoció que es un problema que debe resolverse, pero sostuvo que no creció como "nos quieren hacer creer".
El funcionario quilmeño pasó por La Nación -hacía muchísimo tiempo que no concurría a ese medio- y habló de querer gobernar la provincia. ¿Se le dará?






























































































































































































































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