Cuando vuelva el plantel de Quilmes a los entrenamientos, ahí estará Julio César Falcioni, respaldado por los dirigentes -al menos eso dijo el vicepresidente Carlos Coloma, en declaraciones publicadas por el diario deportivo Olé- y la ratificó el propio técnico, quien sostuvo que tenía el apoyo de todos.
Olé dice que Falcioni sorprendió con esa afirmación, y el verbo sirve para acomodar las cosas, porque si bien es un torneo largo -30 fechas y se jugaron 10, o sea la tercera parte- ya son varios los técnicos que dejaron sus clubes en esta temporada: comenzó Mostaza Merlo en Colón, quien se fue tras la primera fecha (hoy está Javier López), luego fue el turno de Boquita Sensini en Rafaela (ahora lo sustituye Leonardo Astrada), más tarde fue el tiempo de Omar Labruna en Nueva Chicago (se hizo cargo Alejandro Nannia) y de Mauricio Pellegrino en Estudiantes de La Plata (hoy debuta el bernalense Gabriel Milito, con los pinchas jugándose la clasificación para una nueva instancia de la Copa Libertadores ante el Barcelona en Ecuador), posteriormente Darío Franco dejó Defensa y Justicia -el puesto será ocupado por el Turu Flores- y Martín Palermo hizo lo propio en Arsenal, lugar que ocupará Fito González (precisamente le tocará debutar el lunes 4 de mayo en Sarandí ante Quilmes, en un partido que se jugará sin público).
Con este panorama, Falcioni pareció quedar expuesto a seguir la serie, porque Quilmes, que anoche comenzó ganando apenas iniciado el encuentro, con el penal que concretó Tito Ramírez, no pudo mantener el resultado, cometió errores que le costaron dos goles de Triverio, el futbolista pretendido por Rácing. Primero se equivocó Bontempo y después fue Uglessich el que cometió agresión a un rival, que le costó la expulsión y el penal para que el Tatengue se ponga 2 a 1.
En el segundo tiempo Quilmes no tuvo ideas pero buscó el empate. Tuvo tiros libres de Droopy Gómez, que Nereo Fernández desbarató, también un cabezazo de Alegre y otro de Carli. Sin embargo, Triverio se encargó de concretar el tercer gol propio y de su equipo para frustrar cualquier ilusión.
Para colmo Quilmes sufrió una nueva expulsión, su goleador Tito Ramírez por protesta, y con 9 ya sabía a hazaña cambiar el destino del partido.
Como ocurre siempre en estos casos el escaso público presente en el Centenario descargó su bronca contra el equipo, el técnico y los dirigentes, apuntando a José Luis Meiszner, el hombre cuyo nombre está en el Estadio Centenario -el sábado se cumplirán veinte años de la inauguración de ese escenario- y que alienta la ilusión de presidir AFA desde octubre, aunque su candidatura encuentra muchos obstáculos.
Así las cosas, Quilmes recién vuelve a jugar el 29 de abril -Día del Animal- en Córdoba, estadio de Instituto, frente al Sportivo Belgrano, por la Copa Argentina, y por el torneo local, por la undécima fecha, visitará a Arsenal de Sarandí el lunes 4 de mayo, partido a jugarse sin público (el estadio del Viaducto debe cumplir tres fechas de suspensión).
Hay muchos días para que se aclare el panorama. Las voces de los hinchas, que se trasmiten por las radios locales, traducen la bronca por el presente del equipo, las ilusiones frustradas y la poca respuesta futbolística de jugadores y cuerpo técnico que llegó con mucho ruido y que por ahora suena muy bajito.
Esto habilita la sensación de que no será fácil sostener a Falcioni y compañía -habrá que ver qué dicen los dirigentes, más allá de función de "bombero" que siempre asume el contador Coloma- y habrá que tener en cuenta que si finalmente Falcioni es obligado a renunciar -con el costo económico y demás que eso puede significar- en las gateras está siempre listo el hombre que hoy junto al Bambino Veira se ha convertido en una especie de "standupero" del momento, sí, claro... Ricardo Caruso Lombardi.
Olé dice que Falcioni sorprendió con esa afirmación, y el verbo sirve para acomodar las cosas, porque si bien es un torneo largo -30 fechas y se jugaron 10, o sea la tercera parte- ya son varios los técnicos que dejaron sus clubes en esta temporada: comenzó Mostaza Merlo en Colón, quien se fue tras la primera fecha (hoy está Javier López), luego fue el turno de Boquita Sensini en Rafaela (ahora lo sustituye Leonardo Astrada), más tarde fue el tiempo de Omar Labruna en Nueva Chicago (se hizo cargo Alejandro Nannia) y de Mauricio Pellegrino en Estudiantes de La Plata (hoy debuta el bernalense Gabriel Milito, con los pinchas jugándose la clasificación para una nueva instancia de la Copa Libertadores ante el Barcelona en Ecuador), posteriormente Darío Franco dejó Defensa y Justicia -el puesto será ocupado por el Turu Flores- y Martín Palermo hizo lo propio en Arsenal, lugar que ocupará Fito González (precisamente le tocará debutar el lunes 4 de mayo en Sarandí ante Quilmes, en un partido que se jugará sin público).
Con este panorama, Falcioni pareció quedar expuesto a seguir la serie, porque Quilmes, que anoche comenzó ganando apenas iniciado el encuentro, con el penal que concretó Tito Ramírez, no pudo mantener el resultado, cometió errores que le costaron dos goles de Triverio, el futbolista pretendido por Rácing. Primero se equivocó Bontempo y después fue Uglessich el que cometió agresión a un rival, que le costó la expulsión y el penal para que el Tatengue se ponga 2 a 1.
En el segundo tiempo Quilmes no tuvo ideas pero buscó el empate. Tuvo tiros libres de Droopy Gómez, que Nereo Fernández desbarató, también un cabezazo de Alegre y otro de Carli. Sin embargo, Triverio se encargó de concretar el tercer gol propio y de su equipo para frustrar cualquier ilusión.
Para colmo Quilmes sufrió una nueva expulsión, su goleador Tito Ramírez por protesta, y con 9 ya sabía a hazaña cambiar el destino del partido.
Como ocurre siempre en estos casos el escaso público presente en el Centenario descargó su bronca contra el equipo, el técnico y los dirigentes, apuntando a José Luis Meiszner, el hombre cuyo nombre está en el Estadio Centenario -el sábado se cumplirán veinte años de la inauguración de ese escenario- y que alienta la ilusión de presidir AFA desde octubre, aunque su candidatura encuentra muchos obstáculos.
Así las cosas, Quilmes recién vuelve a jugar el 29 de abril -Día del Animal- en Córdoba, estadio de Instituto, frente al Sportivo Belgrano, por la Copa Argentina, y por el torneo local, por la undécima fecha, visitará a Arsenal de Sarandí el lunes 4 de mayo, partido a jugarse sin público (el estadio del Viaducto debe cumplir tres fechas de suspensión).
Hay muchos días para que se aclare el panorama. Las voces de los hinchas, que se trasmiten por las radios locales, traducen la bronca por el presente del equipo, las ilusiones frustradas y la poca respuesta futbolística de jugadores y cuerpo técnico que llegó con mucho ruido y que por ahora suena muy bajito.
Esto habilita la sensación de que no será fácil sostener a Falcioni y compañía -habrá que ver qué dicen los dirigentes, más allá de función de "bombero" que siempre asume el contador Coloma- y habrá que tener en cuenta que si finalmente Falcioni es obligado a renunciar -con el costo económico y demás que eso puede significar- en las gateras está siempre listo el hombre que hoy junto al Bambino Veira se ha convertido en una especie de "standupero" del momento, sí, claro... Ricardo Caruso Lombardi.
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