Pasó el susto y llegó el milagro. Porque el empate de anoche en el Parque Independencia sonó de tal manera, ya que el Cervecero no pudo o no quiso complicar la vida de Newell`s y se dejó llevar sobre el arco de Assman.
Cuando parecía que el partido terminaba igualado sin tantos, llegó el gol de Scocco y todo hacía suponer que la cosa terminaba ahí. Sin embargo, Quilmes fue a buscar el empate y el tiro libre de Droopy Gómez puso la igualdad, con sabor a injusticia pero con aquel viejo principio del fútbol, porque los partidos duran 90 ó 94 minutos, y los goles valen igual.
Ojalá el Cervecero tome el impulso de este punto de oro para comenzar a ganar, con más volumen de juego y más ambiciones. Ahora se vienen dos partidos en casa ante dos rivales recién ascendidos. Es decir, la gran excusa para sumar de a tres.
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