Ocurrió ayer durante la trasmisión del partido que en San Juan jugaron San Martín y Gimnasia La Plata. El llamado "relator militante", de apellido Vicente, dijo algo así como que a "la democracia no se la imputa, tampoco a Fútbol para todos".
Curiosa expresión de alguien que en otros tiempos solía expresar loas a Cristina o a Néstor que lo miraba desde el cielo.
Ahora nos enteramos de que la marcha convocada por el oficialismo para el domingo 1 de Marzo se hace bajo el lema: a la democracia no se la imputa, una manera sesgada de criticar a los jueces y fiscales, concretamente al extinto Nisman por haber imputado a la presidenta y a otros funcionarios de su gobierno.
También ayer, desde Chapadmalal, CFK llenó las redes sociales con una extensa carta -curiosa manera de la primera mandataria de comunicarse con los argentinos- en la que califica a la marcha del pasado 18 F como la del bautismo del partido judicial.
La presidenta actúa como comentarista de la realidad y hace sus propias interpretaciones. Años atrás nada dijo cuando el juez Oyarbide, en tiempo récord, sobreseyó a los Kirchner de la denuncia de presunto enriquecimiento ilícito, en base a la multiplicación geométrica de sus bienes en poco tiempo.
Y en ese caso, ese partido judicial tampoco utilizó el recurso de la apelación a la decisión del juez Oyarbide.
Como en los tiempos del fútbol de potrero -ese que tanto nos gustaba cuando éramos chicos- habría que hablar del referí bombero, expresión que también acuñó días atrás el jefe de gabinete, Jorge Capitanich.
Ese juez es bombero cuando decide en contra de alguien, el que lo califica, pero no lo es cuando la decisión es favorable.
Si te regaló un penal, bienvenido, si te cobró uno en contra... es un bombero.
Así las cosas se acerca marzo -el domingo 1 en coincidencia con la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, con la presidenta dando el discurso que establece la Constitución, se anuncia esta marcha oficialista, que seguramente tendrá otras características diferentes a la del pasado miércoles- y con él, la definición del año electoral 2015, que promete ser caliente.
La primera mandataria acusa a los fiscales y jueces de pretender destituir con sus fallos, volviendo a reiterar términos como destituyente, golpismo, etcétera, que son más propios de otras épocas aciagas para el país, que felizmente nunca más van a volver. Salvo que de tanto llamar al golpismo, aparezca un iluminado que se arrogue esa bandera, cosa inadmisible e impracticable en estos tiempos con más de tres décadas de democracia.
CFK debe entender que está transitando sus últimos nueve meses en el poder, y eso debería ser en un cima de tranquilidad y de aguas apacibles. Parece no entenderlo así y estar dispuesta a librar una batalla más en esta épica kirchnerista de creer que todo es pelea, y si no hay enemigos, hay que recrearlos.
En fin, Vicente dice en el Fútbol para todos ... y todas que a la democracia no se la imputa. Nadie piensa imputar a la democracia, que es el sistema en el que todos los argentinos decidimos vivir, con sus virtudes y sus defectos.
Entonces, aquí bien vale repetir la frase de Bartolomé Mitre: las heridas de la democracia se curan con más democracia.
En ese sentido, vale pedir a la primera mandataria que tenga a bien ponerse al frente de los 40 millones y conducirlos hasta el 10 de diciembre en un mar sereno. Alimentar tempestades terminará obligando a sufrir vientos que a nadie favorecen.
Curiosa expresión de alguien que en otros tiempos solía expresar loas a Cristina o a Néstor que lo miraba desde el cielo.
Ahora nos enteramos de que la marcha convocada por el oficialismo para el domingo 1 de Marzo se hace bajo el lema: a la democracia no se la imputa, una manera sesgada de criticar a los jueces y fiscales, concretamente al extinto Nisman por haber imputado a la presidenta y a otros funcionarios de su gobierno.
También ayer, desde Chapadmalal, CFK llenó las redes sociales con una extensa carta -curiosa manera de la primera mandataria de comunicarse con los argentinos- en la que califica a la marcha del pasado 18 F como la del bautismo del partido judicial.
La presidenta actúa como comentarista de la realidad y hace sus propias interpretaciones. Años atrás nada dijo cuando el juez Oyarbide, en tiempo récord, sobreseyó a los Kirchner de la denuncia de presunto enriquecimiento ilícito, en base a la multiplicación geométrica de sus bienes en poco tiempo.
Y en ese caso, ese partido judicial tampoco utilizó el recurso de la apelación a la decisión del juez Oyarbide.
Como en los tiempos del fútbol de potrero -ese que tanto nos gustaba cuando éramos chicos- habría que hablar del referí bombero, expresión que también acuñó días atrás el jefe de gabinete, Jorge Capitanich.
Ese juez es bombero cuando decide en contra de alguien, el que lo califica, pero no lo es cuando la decisión es favorable.
Si te regaló un penal, bienvenido, si te cobró uno en contra... es un bombero.
Así las cosas se acerca marzo -el domingo 1 en coincidencia con la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, con la presidenta dando el discurso que establece la Constitución, se anuncia esta marcha oficialista, que seguramente tendrá otras características diferentes a la del pasado miércoles- y con él, la definición del año electoral 2015, que promete ser caliente.
La primera mandataria acusa a los fiscales y jueces de pretender destituir con sus fallos, volviendo a reiterar términos como destituyente, golpismo, etcétera, que son más propios de otras épocas aciagas para el país, que felizmente nunca más van a volver. Salvo que de tanto llamar al golpismo, aparezca un iluminado que se arrogue esa bandera, cosa inadmisible e impracticable en estos tiempos con más de tres décadas de democracia.
CFK debe entender que está transitando sus últimos nueve meses en el poder, y eso debería ser en un cima de tranquilidad y de aguas apacibles. Parece no entenderlo así y estar dispuesta a librar una batalla más en esta épica kirchnerista de creer que todo es pelea, y si no hay enemigos, hay que recrearlos.
En fin, Vicente dice en el Fútbol para todos ... y todas que a la democracia no se la imputa. Nadie piensa imputar a la democracia, que es el sistema en el que todos los argentinos decidimos vivir, con sus virtudes y sus defectos.
Entonces, aquí bien vale repetir la frase de Bartolomé Mitre: las heridas de la democracia se curan con más democracia.
En ese sentido, vale pedir a la primera mandataria que tenga a bien ponerse al frente de los 40 millones y conducirlos hasta el 10 de diciembre en un mar sereno. Alimentar tempestades terminará obligando a sufrir vientos que a nadie favorecen.
Comentarios