Patricio Mussi, el joven intendente de Berazategui, que sigue la carrera política de su padre, Juan José, se mandó ayer un encendido discurso, al inaugurarse el nuevo edificio de la Municipalidad, el primer inteligente de Sudamérica.
En algún momento, quizás motivado por la presencia de la presidente de la Nación, el jefe comunal se encargó de aplicar una recete muy afín al kirchnerismo, empezar a desparramar golpes a la oposición. Habló de ametralladoras, balas, en fin, utilizó términos militares, hasta habló de balas de tinta.
Lógicamente, con la visión tan parcial de la realidad, algo tan propio al oficialismo, no se le pasó por decir algo de los medios del gobierno que se encargan de denostar a los que consideran oposición.
Sea Página 12, 6,7,8, Víctor Hugo, Luis D`Elía, Tiempo Argentino, Crónica, la TV y Radio Pública, etcétera, todos conforman una amplia gama de medios dedicados a defender al gobierno y pegarle a la oposición.
En cierto modo también hacen política destituyente o desestabilizadora, en este caso no ya del gobierno sino de la oposición, como para equilibrar la actitud que critican en los opositores.
Mussi no dijo nada de una cuentas nada claras del municipio, con una suma millonaria, según apareció publicado en el diario Hoy de La Plata.
Mussi quiere ser gobernador bonaerense y ayer fue una buena excusa para quedar bien con CFK, alentando a las bases para alimentar la política oficial.
Es un año electoral, faltan nueve meses para que el gobierno dé las hurras y como ocurre en circunstancias similares las aguas se agitan. Ojalá todo se desenvuelva dentro de los carriles democráticos, porque el poder subyuga, de todas maneras alguna vez hay que comprender cuándo es el momento de decir adiós, porque la propia Constitución lo establece.
El domingo 1 de marzo será el último discurso de la presidente frente a los legisladores, según lo establece la Constitución (recordemos que esa ceremonia era el 1 de mayo antes de la reforma de 1994).
Y tras ese discurso comenzará una larga lista de actos electorales en todo el país, ya sea a nivel de internas como generales. Un año electoral que seguramente dará mucho para hablar. Serán ríos de tinta los que correrán y todos deberán ser dentro de los límites que la propia democracia establece.
En algún momento, quizás motivado por la presencia de la presidente de la Nación, el jefe comunal se encargó de aplicar una recete muy afín al kirchnerismo, empezar a desparramar golpes a la oposición. Habló de ametralladoras, balas, en fin, utilizó términos militares, hasta habló de balas de tinta.
Lógicamente, con la visión tan parcial de la realidad, algo tan propio al oficialismo, no se le pasó por decir algo de los medios del gobierno que se encargan de denostar a los que consideran oposición.
Sea Página 12, 6,7,8, Víctor Hugo, Luis D`Elía, Tiempo Argentino, Crónica, la TV y Radio Pública, etcétera, todos conforman una amplia gama de medios dedicados a defender al gobierno y pegarle a la oposición.
En cierto modo también hacen política destituyente o desestabilizadora, en este caso no ya del gobierno sino de la oposición, como para equilibrar la actitud que critican en los opositores.
Mussi no dijo nada de una cuentas nada claras del municipio, con una suma millonaria, según apareció publicado en el diario Hoy de La Plata.
Mussi quiere ser gobernador bonaerense y ayer fue una buena excusa para quedar bien con CFK, alentando a las bases para alimentar la política oficial.
Es un año electoral, faltan nueve meses para que el gobierno dé las hurras y como ocurre en circunstancias similares las aguas se agitan. Ojalá todo se desenvuelva dentro de los carriles democráticos, porque el poder subyuga, de todas maneras alguna vez hay que comprender cuándo es el momento de decir adiós, porque la propia Constitución lo establece.
El domingo 1 de marzo será el último discurso de la presidente frente a los legisladores, según lo establece la Constitución (recordemos que esa ceremonia era el 1 de mayo antes de la reforma de 1994).
Y tras ese discurso comenzará una larga lista de actos electorales en todo el país, ya sea a nivel de internas como generales. Un año electoral que seguramente dará mucho para hablar. Serán ríos de tinta los que correrán y todos deberán ser dentro de los límites que la propia democracia establece.
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