UN FISCAL

El país está conmovido, aturdido, desamparado, valga cualquier adjetivo para calificar la noticia de la muerte del fiscal Alberto Nisman en Puerto Madero.
Suicidio, suicidio inducido, asesinato, cualquiera sea la realidad lo cierto es que la conmoción gobierna por doquier.
El silencio de la Presidenta es sorprendente, la misma que alguna vez habló de sus mascotas o del abuelito que quiere dólares.
Hoy sólo se supo que pidió desclasificar los documentos que manejaba Nisman, quizás un poco tarde porque al fiscal nadie lo resucita.
Pensar que había pedido la reapertura de la feria y el tratamiento rápido de la información que había acumulado durante años de investigación.
El periodista Alfredo Leuco calificó la muerte de Nisman como un terremoto institucional. En una democracia de apenas tres décadas, el golpe tiene sabor a adolescencia, de adolescente, que adolece.
Y la democracia, que es el mejor sistema de todos, adolece de males, que tendrá que ir resolviendo y curando con más democracia, como decía Bartolomé Mitre.
Hoy el fiscal iba a hablar al Parlamento, a la Comisión de Legislación Penal que preside la diputada Patricia Bullrich, y no pudo ser porque fue encontrado muerto en su departamento de Puerto Madero.
¿Qué misterios encierra la muerte del fiscal?¿A quién molestaba?
No olvidemos que había involucrado a la presidenta, al canciller, al diputado nacional Larroque y a Luis D`Elía entre otros en la interminable causa de la AMIA.
En realidad el fiscal mostraba el cambio de la moneda, desde que Cristina Kirchner decidió dar una vuelta de timón a la teoría del atentado, dejando de lado la pista iraní.
El fiscal estuvo en muchos medios antes de su muerte, habló hasta el cansancio, entre otras notas con el periodista Edgardo Alfano, de A dos voces, en TN, y allí fue claro para exponer toda la información que tenía y que pensaba ampliar esta tarde en el Congreso.
Sin embargo, no pudo ser. No hay que olvidar que el oficialismo, vía Diana Conti, pidió que la reunión fuera pública y anunció que irían con los "tapones de punta".
La oposición, encabezada por la presidenta de la Comisión, pidió que el encuentro fuera reservado, para preservar la información y permitir al fiscal explayarse con amplitud, sin tener que sufrir los embates de los que seguramente iban a acusarlo a fin de dejarlo afuera de la causa.
Nisman volvió antes de sus vacaciones -estaba en Europa con su hija de 15- y las especies aseguran que adelantó el retorno porque se había enterado que desde la Procuraduría lo iban a bajar. Quiso antes exponer su verdad, el fruto de tantos años de trabajo, con 330 CD de escuchas y de información altamente valiosa. Hablaba de contactos entre el gobierno argentino y el iraní para alejar a los asiáticos de la responsabilidad del atentado. Supuestamente en un pacto, ligado con el memorando de entendimiento, que se firmó tiempo atrás y que sorprendió en su momento por el cambio de política del gobierno en la materia.
Una cosa era con Néstor (Kirchner), otra con Cristina.
No hay que dejar de recordar que fue Néstor Kirchner el que creó al unidad especial de investigación del atentado, poniéndolo al propio Nisman a cargo, junto al hombre de inteligencia Stiusso.
Más de diez años más tarde, la cosa cambió. Porque Stiusso fue dado de baja del servicio de inteligencia, aunque previamente habló, mostrando la cara de una interna en el organismo de los "inteligentes".
Nisman trabajó a destajo en todo este tiempo y hoy estaba dispuesto a lanzar una bomba, cuya explosión podía provocar un sismo en el gobierno.
No pudo ser. La presidenta ha callado, por lo menos hasta ahora, sólo pidió que se desclasifiquen los documentos que antes no se desclasificaban, pese al pedido del fiscal.
Parrilli sintió ahora que la muerte de Nisman afectaba al gobierno, y quiso transparentar, sosteniendo que fue una orden de la presidenta.
Habrá que ver si toda la información que acumuló el fiscal sigue en pie, y no desaparecen misteriosamente los documentos.
El juez Lijo, que estaba en Europa regresó rápidamente al país y se puso a trabajar en la causa, pidiendo que no se pierda todo lo valioso que sumó Nisman.
Ha muerto un fiscal en circunstancias dudosas, cualquiera sea la respuesta de los peritos. La República pide respuestas, exige trasparencia y necesita que rápidamente lleguen los testimonios.
El caso AMIA sucedió hace más de dos décadas, nunca se resolvió y hoy más que nunca se piden respuestas "ya".
Los analistas hablaron de estupor, conmoción, desamparo, etcétera. Sensaciones. Jorge Asís dijo que era algo manejado desde el gobierno o contra el gobierno.
Leuco mencionó los términos de terremoto institucional... Y siguen las firmas.
Hoy los argentinos reclamamos, como en 1810: ... queremos saber de qué se trata.

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