Y finalmente llegó la esperada cadena nacional. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló anoche una hora, vestida de blanco, en silla de ruedas, toda producida...
Y fue fiel a sí misma. Una gran condición del kirchnerismo, tirar la responsabilidad a los otros, hablar de conspiraciones, golpes de Estado en ciernes (el ex integrante de la Corte Nacional, Zaffaroni, lo insinuó en 6 7 8, mencionando la palabra intento, por suerte eso quedó sepultado definitivamente en el 83, y nunca más por cierto), etcétera, pero dejó más dudas que seguridades a un pueblo argentino -los famosos 40 millones- que esperábamos una actitud conciliadora, un llamado al consenso, una convocatoria a todas las fuerzas políticas del país.
Faltan menos de seis meses para las PASO y menos de ocho para las elecciones generales, y el kirchnerismo pretende resolver en estos pocos meses todo lo que dejó como mecha en más de una década.
De pronto, se trata de una medida en la que los argentinos, todos, debemos estar de acuerdo, como es la disolución de la ex SIDE, hoy SI (mañana NO), y que dará lugar a la AFI (Agencia Federal de Inteligencia), si en febrero el Congreso aprueba el proyecto de ley que enviará el Poder Ejecutivo. Pero...
En pocos días se pretende cambiar de cuajo un fenómeno que viene de muchas décadas, como es la SIDE, para desplazar a todos los agentes cubiertos, encubiertos, orgánicos, inorgánicos, etcétera, que vienen pululando y que se cansaron de instrumentar operaciones, con escuchas, pinchaduras de teléfonos, persecuciones, etcétera.
La presidenta se dedicó a hacer historia del caso AMIA, tratando de salvar su posición y la de su marido, escapando de la responsabilidad de conducir a estos agentes, ahora réprobos tipo Stiusso, pero que durante tanto tiempo fueron dóciles a las instrucciones del Ejecutivo.
Se piensa crear la AFI (obsérvese que si se cambia el orden de las iniciales podría ser FIA, un término que habla de confianza...¿la habrá?), con un director y un subdirector por cuatro años, el lapso de un presidente, por lo que el próximo gobierno tendrá que bancarse a directivos nombrados por éste. No hay que olvidar que el responsable del Ejecutivo debe contar con capos de inteligencia confiables y no bumeran, como finalmente terminó siendo este Stiusso, hoy convertido en diablo, cuando fue el angel de la guarda de este gobierno durante muchos años, siempre predispuesto a hacer lo que mandaran de arriba. En fin...
Cristina siguió pegándole al fiscal Nisman, hoy muerto, asegurando que su denuncia no resistía el menor análisis. Dijo que hay letrados, fiscales, jueces, gente del derecho que coincidieron al decir que la denuncia no tenía sustento. Lo que no dijo Cristina, o habría que preguntarle, es por qué tanto revuelo por una denuncia inconsistente... y por qué el final trágico...
También le pegó al amigo de Nisman, este joven Lagomarsino, que ahora aparece como el principal sospechoso de la muerte. Cristina, que dijo que recién se enteró del tema Nisman el domingo a las 0.30, porque se lo informó su ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez, siempre aparece lejos de los hechos, distante, como si gobernaran otros. Por eso, definitivamente dijo que a ella no la van extorsionar, y que le hagan la denuncia que quieran, que no va a ceder. Habría que saber de qué extorsiones habla...
Sostuvo que después del acuerdo con Irán, del que hoy se cumplen dos años, justamente en el cumpleaños de Luis D`Elía, llegó la lluvia de denuncias contra "esta presidenta", en temas que no tienen nada que ver con lo institucional. Seguramente se refería a los hoteles de la primera mandataria, la ruta del dinero K, las obras públicas de Lázaro Báez, etcétera.
Siempre pasa, habría que decirle a la presidente, que los jueces comienzan a ser más severos con el poder cuando está en retirada. De lo contrario, no se explicaría que cuando recibió denuncias de enriquecimiento ilícito el matrimonio Kirchner fue sobreseído en tiempo record por el juez Oyarbide, y nadie apeló (ni siquiera el fiscal Taiano, que en ese tiempo según recordaron los Wiñazky sufrió el secuestro de un hijo).
En fin...
Entramos en un año hot, electoral por cierto, sin embargo lleno de inquietudes y de preguntas sin respuestas.
Hoy más que nunca hay que pensar en la Argentina, en poner todos el hombro para salir de la grieta, la intolerancia, la consigna amigo-enemigo. La democracia siempre se cura con más democracia, a pesar de los que apuestan a otros caminos, imposibles hoy. La Argentina y los argentinos debemos ponernos los pantalones largos y responder con la única arma que deja rastros de pólvora, el voto.
Y fue fiel a sí misma. Una gran condición del kirchnerismo, tirar la responsabilidad a los otros, hablar de conspiraciones, golpes de Estado en ciernes (el ex integrante de la Corte Nacional, Zaffaroni, lo insinuó en 6 7 8, mencionando la palabra intento, por suerte eso quedó sepultado definitivamente en el 83, y nunca más por cierto), etcétera, pero dejó más dudas que seguridades a un pueblo argentino -los famosos 40 millones- que esperábamos una actitud conciliadora, un llamado al consenso, una convocatoria a todas las fuerzas políticas del país.
Faltan menos de seis meses para las PASO y menos de ocho para las elecciones generales, y el kirchnerismo pretende resolver en estos pocos meses todo lo que dejó como mecha en más de una década.
De pronto, se trata de una medida en la que los argentinos, todos, debemos estar de acuerdo, como es la disolución de la ex SIDE, hoy SI (mañana NO), y que dará lugar a la AFI (Agencia Federal de Inteligencia), si en febrero el Congreso aprueba el proyecto de ley que enviará el Poder Ejecutivo. Pero...
En pocos días se pretende cambiar de cuajo un fenómeno que viene de muchas décadas, como es la SIDE, para desplazar a todos los agentes cubiertos, encubiertos, orgánicos, inorgánicos, etcétera, que vienen pululando y que se cansaron de instrumentar operaciones, con escuchas, pinchaduras de teléfonos, persecuciones, etcétera.
La presidenta se dedicó a hacer historia del caso AMIA, tratando de salvar su posición y la de su marido, escapando de la responsabilidad de conducir a estos agentes, ahora réprobos tipo Stiusso, pero que durante tanto tiempo fueron dóciles a las instrucciones del Ejecutivo.
Se piensa crear la AFI (obsérvese que si se cambia el orden de las iniciales podría ser FIA, un término que habla de confianza...¿la habrá?), con un director y un subdirector por cuatro años, el lapso de un presidente, por lo que el próximo gobierno tendrá que bancarse a directivos nombrados por éste. No hay que olvidar que el responsable del Ejecutivo debe contar con capos de inteligencia confiables y no bumeran, como finalmente terminó siendo este Stiusso, hoy convertido en diablo, cuando fue el angel de la guarda de este gobierno durante muchos años, siempre predispuesto a hacer lo que mandaran de arriba. En fin...
Cristina siguió pegándole al fiscal Nisman, hoy muerto, asegurando que su denuncia no resistía el menor análisis. Dijo que hay letrados, fiscales, jueces, gente del derecho que coincidieron al decir que la denuncia no tenía sustento. Lo que no dijo Cristina, o habría que preguntarle, es por qué tanto revuelo por una denuncia inconsistente... y por qué el final trágico...
También le pegó al amigo de Nisman, este joven Lagomarsino, que ahora aparece como el principal sospechoso de la muerte. Cristina, que dijo que recién se enteró del tema Nisman el domingo a las 0.30, porque se lo informó su ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez, siempre aparece lejos de los hechos, distante, como si gobernaran otros. Por eso, definitivamente dijo que a ella no la van extorsionar, y que le hagan la denuncia que quieran, que no va a ceder. Habría que saber de qué extorsiones habla...
Sostuvo que después del acuerdo con Irán, del que hoy se cumplen dos años, justamente en el cumpleaños de Luis D`Elía, llegó la lluvia de denuncias contra "esta presidenta", en temas que no tienen nada que ver con lo institucional. Seguramente se refería a los hoteles de la primera mandataria, la ruta del dinero K, las obras públicas de Lázaro Báez, etcétera.
Siempre pasa, habría que decirle a la presidente, que los jueces comienzan a ser más severos con el poder cuando está en retirada. De lo contrario, no se explicaría que cuando recibió denuncias de enriquecimiento ilícito el matrimonio Kirchner fue sobreseído en tiempo record por el juez Oyarbide, y nadie apeló (ni siquiera el fiscal Taiano, que en ese tiempo según recordaron los Wiñazky sufrió el secuestro de un hijo).
En fin...
Entramos en un año hot, electoral por cierto, sin embargo lleno de inquietudes y de preguntas sin respuestas.
Hoy más que nunca hay que pensar en la Argentina, en poner todos el hombro para salir de la grieta, la intolerancia, la consigna amigo-enemigo. La democracia siempre se cura con más democracia, a pesar de los que apuestan a otros caminos, imposibles hoy. La Argentina y los argentinos debemos ponernos los pantalones largos y responder con la única arma que deja rastros de pólvora, el voto.
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