CASO NISMAN

El ya llamado caso Nisman aporta día  a día una serie de condimentos para transformar el tema de la AMIA, que el fiscal estaba investigando, en un auténtico culebrón.
Ahora se sabe que poco se lo cuidó al fiscal, en la previa al informe que iba a dar el lunes en el Congreso.
No se sabe qué pasó con la custodia -tenía diez efectivos y según se dijo el fiscal les había pedido que recién volvieran el domingo a las 11.30 para realizar su tarea, pero nadie sabe si esa es palabra de los custodios o decisión del fiscal-, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, se vino desde Zárate a verificar lo que pasaba en el departamento de Nisman, y allí, del diálogo con el periodista Nelson Castro, se desprende que hay una serie de imperfecciones que parecen propias de aprendices y no de un funcionario que suele estar siempre en los temas calientes.
El cerrajero dijo hoy que era fácil abril la puerta, cuando el propio Berni hablaba de que no era así. Resulta increíble la actitud de la madre de Nisman -de apellido Garfunkel- ya que no se enloqueció ante la posibilidad de un hijo muerto, o bien ya lo sabía y tuvo la entereza de soportar el dolor dentro de una resignación cristiana. En una de esas intuía este final por la denuncia que había hecho su hijo, nada menos que a la presidenta, al canciller y a otros funcionarios.
Se sabe que meterse con Irak no es moco de pavo, y ahora comienzan a descubrirse otras aristas que meten miedo, como la posibilidad de una tercera puerta de acceso al departamento.
El fiscal murió, ya sea por suicidio, suicidio inducido o asesinato, en soledad. Justamente el fiscal que tenía en sus manos una causa caliente y que iba a declarar en el Congreso contra la presidenta y compañía.
En todo el mundo la Argentina se ha transformado en materia de inseguridad, destacando los medios que el fiscal que investigaba a la presidenta apareció muerto el día antes de declarar ante el Parlamento.
Todo pasa en el mes de enero, habitualmente mes de vacaciones... La antesala de un año duro para la Argentina, en estas primeras tres décadas de democracia.
Ojalá todas las fuerzas políticas, las instituciones, los argentinos podamos salir de este brete y busquemos salir lo mejor posible con madurez, lejos de la intolerancia, y acercándonos a debatir.
Sería bueno que la presidenta convocara a los mejores periodistas del país, de todos los colores, para responder a tantos interrogantes que circulan por doquier. Soñar no cuesta nada...

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