REMOLINO NAU LUIS

Verdo, Hitzacker publicó esta crónica que llega desde Alemania con una nueva actuación del Sonido de Mi Tierra, el espectáculo Vida, liderado por Nicole Nau y Luis Pereyra.
El título habla de The great dance of Argentina, que entusiasmó a más de 300 personas en el Verdo.
"Un fuego bailado, alegría de vida, puro, sensual, arcaico, elegante -así eufóricamente- fueron los comentarios en el foyer acerca del espectáculo VIDA The great dance of Argentina. Delirantes.
Más de 300 personas vivieron el espectáculo como muestra hacia el alma del país al lado del Río de la Plata. El público exultante le grita a las tres parejas, aplaude a los bombistas, y le sigue a los que zapatean, olvidándose de respirar, tan espectacular aquí el hacer de los gauchos.
Nicole Nau, la primadonna del espectáculo, sin duda con el predicado de ser una de las mejores de su género, y a su lado Luis Pereyra, quien baila y vive la danza desde ser niño. Notablemente.
Esa pareja bailó con cuatro piernas alegres, y dos caras concentradas, como alguna vez lo dijo Nicole Nau. Nacido desde la idea del tango, aquí se desarrolla un remolino de sentimientos. En un cambio de ritmos desde melancólico hacia alegre y relajado hasta una éxtasis efusiva. La pareja sacó los movimientos y pasos del tango de su rigidez, y los transformó en pasión y alegría.
"Para volver a tomar aliento, estaban Daniel Rubén Gómez en el bandoneón y Javier Tommasi en el canto, entregando las grandes melodías de la gente que vive en esa corriente de este país de Sudamérica camtando de historias de entrega, alegría y dolor. El latido a esa música lo dan los golpes de los bombos, instrumentos arcaicos con los cuales los aborígenes ya tocaron sus mensajes, golpes de tambores que ya usaron los incas en sus procesiones hacia sus templos del sol.
"Con golpes lentos pausados los tamboristas invitaron al público a un viaje acústico, que terminó en ritmos remolinos.
Impresionante el bailando en soledad, el baile dramático de los indígenas y también Taqui ongoy, danza de los indígenas que se bailaron y cantaron al delirio, para así evitar ser esclavos.
Con gritos de bravo y aplauso que llenó la sala, el público agradece ese momento histórico.
Luis Pereyra es quien es el responsable por el concepto coreográfico y el concepto del espectáculo. Lo enriqueció con composiciones propias.
Tres parejas en trajes muy diversos bailaron por las estaciones de la vida. Una y otra vez, llevada por otra y otra vez nuevos motivos diferentes de tango, historias de la vida de cercanía, como por ejemplo Nau, quien baila la novia, luego como ángel sensual en un vestido rojo, luego como mujer abandonada, desilusionada.
Era una noche argentina rica en arte, compuesta artísticamente. Solamente desilusionado podría haber sido quien esperaba un show acrobático folklórico.

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