La barbarie se ensañó con el fútbol una vez más. Los dos muertos del choque de presuntos barras de Dock Sud y gente de San Telmo, en las inmediaciones del club Renunciamiento, son el trágico resultado de una nueva edición de la violencia en el más popular de los deportes.
Los presidentes de ambos clubes deslindaron responsabilidades. El señor Campanini, titular del Doque, reconoció que tienen antecedentes de violencia e incluso se hizo cargo de los hechos ocurridos tiempo atrás en un partido con Laferrere, pero ahora sostuvo que Dock Sud no tiene nada que ver y tangencialmente acusó a simpatizantes de Telmo, que a la salida del club enfilaron hacia un barrio llamado Las Casitas con intenciones non santas y la respuesta de la gente del barrio fue... a los tiros.
El titular de San Telmo, Fernando Leiró, dijo no vivir en el barrio y haber concurrido a Cambaceres junto a unos treinta dirigentes para ver el partido con el club de Ensenada.
Cuando regresaba se enteró de la barbarie, y fue más allá, hablando de la necesidad de erradicar a los violentos y a la violencia con intervención de autoridades, sean nacionales, provinciales o municipales, porque de lo contrario esto seguirá. "Esta gente siempre tiene palenque ande rascarse, y mientras los sigan teniendo esto no terminará" reflexionó.
Lo cierto es que según pudo averiguarse San Telmo jugaba de visitante en Cambaceres y su gente miraba el partido por televisión en el club Renacimiento, porque esperaba festejarse el ascenso a la B.
Mientras, Dock Sud jugaba a unas quince cuadras de ese club su partido con Talleres, que terminó empatado.
El titular del Doque dijo que habían concurrido unos 6000 hinchas y que todo trascurrió con normalidad, con el operativo del Aprevide y ninguna novedad.
Curiosamente, una hora después de concluidos los partidos se produjo el incidente, que según los vecinos fue una batalla campal, con saldo de muertos y heridos.
La investigación está en marcha, pero se habla, por ejemplo, de una señora que repartía armas a la gente, de armas de grueso calibre, etcétera, como para preocupar sin duda.
Todos dicen que esta batalla Doque-Telmo tiene larga data y que ésta fue un capítulo más de esta historia increíble.
Algunos sostuvieron que detrás de todo esto está una sociedad que cada vez es más violenta.
No se sabe si será la matiné que adelantó la presidenta CFK, hoy en reposo por su enfermedad... no hay que olvidar que por redes sociales se anuncia un cacerolazo el 13 N, es decir, el próximo jueves.
Se acerca el fin de año, los gremios quieren aumentos o sumas extraordinarias para contener la inflación y la pérdida del poder adquisitivo del salario, en suma, un cóctel explosivo, que deberán tener en cuenta los responsables del gobierno para evitar males mayores.
Serán los idus de fin de año, el cepo al dólar, el juez quilmeño Luis Armella instruyendo operativos en la City para detectar las cuevas, la ruta del dinero K, la mar en coche, todo junto cuando la década ¿ganada? está tocando a su fin. En realidad quedan menos de nueve meses para las PASO y menos de un año para las elecciones generales, y la Argentina como siempre, un país condenado al éxito al decir de un veterano dirigente político, no puede dejar de transitar por la gran avenida Crisis para buscar su destino.
Entretanto, hay que pedir a Dios y al Papa que las cosas no pasen a mayores y que todos, sin grieta, sin el contrapunto amigo-enemigo, pensemos en la Patria con alma de estadistas. Por ahora, los que mandan están pero distan de ser el ideal de una democracia.
Por supuesto, siempre vale destacar la premisa de Bartolomé Mitre: las heridas de la democracia, se curan con más democracia. Amén.
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