¿AGUANTARA PQ?

¿Podrá Pablo Quattrocchi mantener la confianza hasta el final del torneo de primera división? Si la guía son los números de Quilmes en el torneo, seguramente la respuesta sea negativa. Pero el técnico Cervecero ha conservado una entereza encomiable en estas 17 fechas, donde sólo dos veces pudo disfrutar del sabor de la victoria. Aquel mítico y casi increíble 4 a 0 con Arsenal, y el esforzado 2 a 1 sobre Velez, más reciente, en ambos casos en el Centenario.
También hubo seis empates en este lapso... y nada menos que 9 derrotas. Una presentación que deja más afuera que adentro a cualquier técnico.
Sin embargo, con sus flamantes 40 años, Pablo Quattrocchi ha mantenido la calma, sabiendo que en todo caso lo que se cosecha en muchas oportunidades se dio de patadas con lo que se produce. Sin ir más lejos, el partido de hace una semana con Racing fue una demostración. Además de malograr un penal en un momento clave del partido, no se pudieron concretar las ocasiones que se generaron. Y finalmente, como muchas veces en el torneo, ganó el visitante con ese afortunado tiro libre del goleador académico, Bou.
Los números no ayudan al técnico. A eso hay que sumar lesiones, falta de presupuesto, penurias económicas, problemas, incluso el casi insólito del técnico, debiendo dormir en su casa en la noche anterior al partido con Bánfield -y no en la concentración con los futbolistas- porque el hotel elegido, el Civasa, en Quilmes Oeste, sólo permitía lugar para 19 jugadores, el médico y el preparador físico.
Quattrocchi reiteró que otra vez el equipo mostró dos caras, como tantas veces en este torneo, con el alarmante saldo del bajó anímico y futbolístico de los segundos tiempos, en los que perdió tantos puntos.
Quedan sólo dos fechas en este torneo sin descensos -por suerte para el técnico porque de lo contrario seguramente su destino hubiera cambiado unos partidos atrás- y la próxima apuesta será en el bosque platense con un Gimnasia que viene de perder con Lanús y que tratará de tomarse revancha de aquella derrota que le produjo Quilmes en el Centenario y que le valió la imposibilidad de pelear por el título.
Y la última fecha será con River en el Centenario, todavía no se sabe cuándo...
Por ahora, seguirá el Quilmes de los lamentos, con las emisoras partidarias haciendo oír la voz de los hinchas, que podrán criticar al técnico, los cambios, etcétera, pero que siempre han sido respetuosos con un hombre formado en el club y que asumió el hierro candente, cuando ningún técnico quería hacerlo, por tan poca plata. Ese dinero que en el Cervecero de Aníbal Fernández -más preocupado por defender los bienes de la presidenta que ocuparse de los males de este Quilmes AC, que él preside, o por lo menos así está en los papeles- falta por doquier, apostando a un grupo inversor, que se llevará algunas joyas a cambio de reducir el déficit presupuestario, capaz de hacer quebrar al más pintado.
Quilmes cumple 127 el jueves, y en los últimos años ha mantenido una constante de incertidumbre institucional que preocupa a todos los que vibran con su pasión Cervecera. ¿Hasta cuándo?

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