AMOROSO

Tal como se adelantó el Centro Cultural Polaridades, de Andrés Baranda 842, casi Rodolfo López, Quilmes Oeste, presentó la obra de Rafael Bruza "Dos navegantes tras el mascarón de proa", con Jorge Graffigna, Héctor Varveri y Patricia Santi, bajo la dirección de Alejandro Casagrande.
Una obra intensa, que se mueve entre la realidad y los sueños, y que obliga a los actores a hacer un gran esfuerzo, del que salen airosos con singular maestría.
Un texto importante y un viaje de contrapartida al histórico de Colón. En este caso los protagonistas pretenden hacer la proeza al revés, es decir, de América a Europa, con la fantasía de los sueños y del mascarón de proa que se mueve entre las damas de los navegantes, que son la misma y son diferentes, y que juegan entre sueños y pesadilla, siempre con el norte del mascarón de proa.
Tras la función y los aplausos merecidos, Alejandro Casagrande destacó a la concurrencia que se había decidido realizar un homenaje al recientemente fallecido director de teatro, el doctor Florencio Amoroso.
Precisamente, Amoroso ganó el premio al mejor director en el festival de teatro de Saladillo por la obra El perchero, que interpretaron Jorge Graffigna y Alejandro Casagrande.
Esa obra fue preparada el año pasado, habiendo sido la primera vez que el doctor Amoroso dirigía a un elenco que no era del Círculo Médico.
Casagrande contó las intensas horas de ensayo que demandó la obra y el aporte impresionante del doctor Amoroso para darle su impronta.
Lamentablemente, falleció hacia fines del año pasado, de todas maneras los actores decidieron presentarla en Saladillo como homenaje al director, manteniendo la puesta y las ideas de Amoroso, que finalmente le valieron el premio.
Como un acto pos mortem, tras la función del sábado se entregó el premio a la señora Liliana, esposa de Amoroso, a su hija Sandra y a su nieta Catalina, quien finalmente será la depositaria del premio.
El doctor Moltedo, del Círculo Médico, destacó los méritos humanos y artísticos de Amoroso y mencionó una anécdota que pintaba a Amoroso de cuerpo entero.
En una oportunidad hubo una cena de médicos, todos pediatras, entre ellos Amoroso. Se habló de temas médicos, y en un momento, Amoroso, que portaba una valija, preguntó dónde estaba el baño. Hacia allí fue y a la salida se lo observó vestido con el traje de un personaje de Chejov. "Nos regaló un hermoso monólogo. Ese era Florencio" sostuvo emocionado el doctor Moltedo, quien había relatado que lo recordaba a Amoroso en Rusia como algún personaje de Chejov, o en Buenos Aires, representando a Discépolo o a algún autor teatral.
Casagrande instó a los espectadores a seguir manteniendo el amor por el teatro y destacar los valores quilmeños. "Así como nos reconocen en Saladillo y en todos los lugares a donde vamos, esperemos que alguna vez la historia se repita en nuestra ciudad. Y permitan que les pida que nos unamos más para bien del teatro quilmeño".
Una velada emotiva, vibrante, con gente de teatro, que sirve para reafirmar que el teatro en Quilmes tiene sobrados méritos para ser reconocido en toda su dimensión.

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