QUILMES

Después de perder 3 a 0 con el campeón de América, San Lorenzo, Quilmes lleva a cuestas una cuota de preocupación, pensando ya en el partido del próximo lunes a las 21.30, cuando el Cervecero visite a Tigre, con el arbitraje del mundialista Néstor Pitana.
Quilmes había empezado bien su partido, con una leve superioridad de San Lorenzo, pero la lesión de Arnaldo González cambió la historia. El ingreso de Lucas Pérez Godoy no produjo el efecto deseado.
El visitante comenzó a desnudar las grietas defensivas del Decano, contando con la velocidad de Verón, una auténtica pesadilla para Scifo.
En uno de esos desbordes, Verón tiró el centro y el cabezazo de Villalba decretó la apertura. Casi enseguida Verón desde fuera del área sometió al arquero Benítez, quien mostró muchas dudas a lo largo del partido.
Con el 2 a 0, San Lorenzo manejó los hilos del partido. Quilmes intentó pero careció de ideas en ataque, hubo mucha voluntad, sin embargo nunca encontró el camino para poner en peligro el arco de Torrico y sobre el final, con el local jugado al descuento llegó el gol de penal del infalible Ortigoza, por una dudosa falta de Benítez.
El mal de ausencias le está causando daño a los dirigidos por Pablo Quattrocchi. No hay que olvidar que faltan Braña, Sarmiento, los uruguayos Martínez, demasiado para un plantel corto como el quilmeño.
Tigre será el próximo desafío -el de Victoria viene de golear a Racing y de perder con Bánfield- y aunque resulte increíble habrá que esperar una buena perfomance para no poner en riesgos la continuidad del técnico.
Es cierto que no hay descensos en este torneo de transición, de todas maneras el promedio sigue y en la medida en que se pierde ese número compromete para el torneo del año próximo, con 30 equipos y dos descensos. Además, la búsqueda del equipo necesita del acompañamiento de resultados para que no se le  dé pasto a los impacientes.

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