QUILMES Y LOS PLANETAS

No pudo ser. Quilmes paladeaba su primera victoria del torneo y un penal, que cobró el árbitro y que no fue, y una afortunada jugada con el cabezazo de Cosaro llevaron a Godoy Cruz a festejar un empate que no imaginaba.
Fue 2 a 2 en el Centenario, y el partido dejó mucha tela para cortar.
Porque Quilmes ganó la primera etapa con el gol de cabeza de Klusener, tras el centro de Scifo, y estuvo más cerca del segundo que Godoy Cruz del empate.
En el segundo tiempo el golazo de Carrasco pareció sellar la historia. Sin embargo, hubo suspenso, bronca, críticas y todos los condimentos para llevar al partido a un suspenso impensado.
Quilmes había hecho los tres cambios cuando se lesionó Braña y no siguió. El técnico Quattrocchi le había preguntado minutos antes si podía seguir, el Chapu dijo sí y el técnico decidió hacer el tercer cambio.
Pero no Braña no estaba para seguir, maldijo su mala fortuna -aparentemente tiene esguince de rodilla- y se fue a los vestuarios, quedando Quilmes con 10.
De ahí en más Godoy Cruz fue por el milagro y para eso recibió la enorme ayuda del árbitro, que imaginó penal una jugada donde no se vio falta.
Tito Ramírez logró el descuento y en la siguiente jugada un centro fue cabeceado por Cosaro, la pelota dio en el palo e ingresó en el arco del sorprendido Benítez.
En tres  minutos Godoy Cruz calentaba el ambiente y sumaba un empate que era impensado tiempo antes.
Quilmes logró sostener el empate y terminó maldiciendo la mala fortuna, en uno de esos días en que en pocos minutos se cruzan los planetas y se echa por la borda todo lo bueno hecho antes.
De todas maneras, el balance es positivo. Porque Quilmes venía de perder en Rosario y de ser vapuleado en Avellaneda por Bánfield, en la Copa Argentina.
Hoy mostró reacción, tuvo algunas actuaciones importantes, por el lado de Klusener y Sarmiento, mejoró en el traslado del balón, en la precisión de los pases y en la trascendencia de mostrarse en casa ante su gente.
Lamentablemente un error fundamental de Delfino favoreció la reacción de los mendocinos, junto a la desgracia de Braña, que se equivocó en su diagnóstico y terminó perjudicando a su equipo. Aunque, si del Chapu se trata, vale destacar su voluntad permanente y el espíritu de entrega que celebró la parcialidad.
De cara a lo que viene -Quilmes visita el domingo a Defensa y Justicia en el primer clásico zonal de estos clubes en primera división- el Cervecero tendrá que corregir los errores y seguir trabajando en el ensamble necesario para encarar el futuro con otro espíritu.
Quattrocchi salvó la ropa, cuando las críticas arreciaban, y ahora podrá trabajar unos días tranquilo, lógicamente debiendo demostrar que lo de hoy no fue casual. No hay que olvidar que pudo definir el resultado, de haber concretado alguna de las varias ocasiones que produjo en el área mendocina -hubo tres tiros salvados en la línea por los defensores de Godoy Cruz- y eso sirve de aliciente para lo que viene. Y eso será una dura prueba ante un Defensa que con su gente intentará demostrar que el triunfo en Bánfield no fue un accidente.

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