TRISTEZA NAO...

Todavía no es posible salir del asombro. El 7 a 1 alemán sobre Brasil además de histórico es increíble. Nadie podía imaginar semejante diferencia en un campo de juego, y seguramente en estos momentos Brasil se debate en la necesidad de recuperarse al menos para ganar el tercer puesto en el partido que deberá jugar el sábado a las 17 con el perdedor de Argentina-Holanda, que juegan mañana.
Alemania ratificó su constante crecimiento futbolístico, pero esta vez su aceitado engranaje capaz de humillar a un Brasil que no contaba con esta pesadilla en que se transformó su sueño mundialista.
Después de todo lo que costó organizar el mundial, con todos los problemas consabidos, entre ellos la sangre de los ocho muertos que provocaron las obras, el pueblo brasileño sin duda tomará las cosas de otra manera, y no sería extraño que en las elecciones de octubre la presidenta Dilma sufra las consecuencias.
Mientras tanto hay que absorber este mal trago, porque el pentacampeón que iba por el sexto título mundial, y ya hay algunos indicios de lo que viene en el tiempo inmediato. Hay crónicas que hablan de micros incendiados y de saqueos de comercios.
El mundial sigue, sin Brasil en la final, con esta Alemania que dio un golpe mortal al organizador y que espera por Argentina u Holanda para repetir finales mundialistas.
Recordemos que Argentina y Alemania jugaron las finales de 1986, que ganó Argentina y de 1990, que logró Alemania.
En tanto Holanda y Alemania jugaron la final de 1974, que ganó Alemania. Holanda también fue finalista en 1978 frente a Argentina y en el 2010, ante España, que ganó el título.

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