Argentina quedó subcampeón del mundial de Brasil al perder esta tarde con Alemania en el Maracaná por 1 a 0, con un gol que concretó el seleccionado germano en el segundo tiempo del suplementario.
Argentina cayó de pie, incluso mereciendo mejor suerte, pero malogró las mejores oportunidades que creó vía Higuaín, Messi y Palacio, quedando para la historia el "penalazo" del arquero alemán a Higuaín en el tiempo reglamentario.
Con la ventaja de un día más de descanso, el hecho de no haber jugado alargues en el torneo, Alemania se quedó con la victoria porque aprovechó una de las pocas ocasiones en que un delantero quedó sólo ante Romero.
El resto fue muy equilibrado, con mayor posesión de balón de los europeos y Argentina esperando con el cuchillo bajo el poncho para dar la estocada, que no fue porque las clarísimas ocasiones que se generaron no fueron usufructuadas.
De todas maneras, el equipo de Alejandro Sabella cayó de pie, tuvo dignidad, jugó de igual a igual ante un rival que venía de vapulear a Brasil por un histórico 7 a 1.
Frente a ello, los que suponían que Alemania repetiría las cosas se equivocaron. Se encontró con un adversario duro, que pagó cara la derrota y terminó segundo en el certamen, con todos los méritos juntos.
No se puede festejar un campeonato -el lugar lo consiguió Alemania- pero sí el segundo lugar, y si bien algunos creen que sólo vale el primer puesto, cuando se deja todo en un campo de juego el reconocimiento debe ser similar al primero.
Argentina se va de Brasil con el pecho inflado, con el dolor de una derrota que pudo ser título, sin embargo con la alegría de saber que el fútbol nacional vuelve al podio de los grandes. Y eso, merece ser aplaudido.
Como para que mañana los futbolistas y el cuerpo técnico sean recibidos en Ezeiza con el mismo fervor y con la misma efervescencia con que, por ejemplo, los colombianos recibieron a sus jugadores.
PD: Menos mal que el árbitro Nicola Rizzoli, el italiano, había sido "puesto" por el vice de la FIFA y titular de AFA, Julio Grondona. A la hora de hacer la vista gorda en el penalazo del arquero alemán a Higuaín, parece que se olvidó de lo que algunos suponían era una ventaja para Argentina.
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