SUAREZ


Luis Suárez recibió todo el peso de la FIFA a la hora de la sanción por haber mordido a un rival italiano en el partido en que Uruguay ganó 1 a 0.
Recordemos que el delantero no fue expulsado por el árbitro y la FIFA actuó de oficio, video mediante.
Hoy se reconoció la resolución, que aplica nueve fechas de suspensión al futbolista, además de una multa de 100 mil francos suizos y la imposibilidad de pisar un campo de juego o asistir a un estadio por cuatro meses.
El fallo ha generado todas las polémicas. Desde Uruguay se ha considerado exagerada la sanción y la protesta ha sido enorme, desde el propio presidente José Pepe Mugica hasta cualquiera de los orientales que habitan el país vecino.
Muchos apuntaron a los pecados de la FIFA, encarnados en sus máximos dirigentes, desde Blatter hasta el propio Julio Grondona, para salir en defensa del jugador sancionado.
Quizás parezca excesiva la sanción, pero también se pusieron en el tapete los antecedentes de Suárez, quien ya había tenidos dos episodios similares en el pasado.
Habrá mucha tela para cortar en el tema. Los uruguayos se sienten tocados y aseguran que van a llegar a la final, contra viento y marea. Eso significará eliminar a Colombia en primera instancia y eventualmente al mismo Brasil en la fecha siguiente, si tanto Uruguay como Brasil pasan de ronda.
En fin, un tema espinoso, con libros a favor y en contra... y como dijo el ex árbitro Horacio Elizondo en su columna de hoy en el diario Clarín, cualquiera fuera el fallo referido a Suárez, la polémica iba a estallar.
Sorprendió, eso sí, la dureza de la resolución, porque los trascendidos previos hablaban de dos a cuatro fechas, incluso se decían dos fechas para que no jugara ante Brasil. Con la sanción definitiva se echaron por tierra todas las especulaciones, como para que la polémica esté rodando como la misma pelota.

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