SIN MARAVILLA

Esta madrugada en Nueva York, en el mítico Madison Square Garden, el boxeador quilmeño Sergio Maravilla Martínez perdió por nocaut técnico en el décimo round ante el fantástico portorriqueño Miguel Angel Cotto. Todas las ilusiones de Maravilla se derrumbaron desde el primer round, cuando el portorriqueño lo tiró tres veces.
De ahí en más fue un suplicio para el boxeador quilmeño, que debió rendirse ante la superioridad del rival, que coronó su cuarto título mundial, todo un récord.
Martínez nunca pudo plasmar su fuerte, como ubicarse en el centro del ring, bailotear y aplicar los golpes justos para mellar la defensa del adversario.
Fueron diez rounds totalmente favorables al ganador, por lo que la decisión del entrenador de Maravilla, Pablo Sarmiento, de no permitir a su pugilista seguir boxeando tras esta vuelta fue más que acertada.
En el umbral de los 40, con los problemas de rodilla a flor de piel, Sergio Maravilla Martínez dejó en Las Vegas la posibilidad de seguir peleando.
Lamentablemente no atendió la lección que le había dado el combate anterior en Velez, que ganó aunque con dudas -para algunos fue empate y para otros había ganado el rival- y llegó a este combate con bravatas pero sin fundamentos. En todo caso Cotto fue inteligente y aprovechó de entrada sus condiciones para establecer las diferencias en ese fatídico primer round.
Sarmiento le aconsejó a Maravilla que cuelgue los guantes. Será la decisión más acertada para no empañar más una brillante carrera. El tiempo no ha pasado en vano, y si bien supo reconocer la derrota como buen deportista debió entender en la fría reflexión después de la noche menos soñada que Cotto le puso en el camino una decisión, que no admite modificaciones.
Atrás debe quedar el Maravilla boxeador, para dar paso al hombre del showbussiness, el mediático y elñreflexivo, por qué no el hombre capaz de usufructuar la veta artística en cualquiera de sus variantes.
Nadie soñó este final -Maravilla tendrá que bancarse ahora la humillación de los que se manejan sólo por resultados- lo importante es que el hombre pensante ahora sí se dedique a vivir.

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