QUATROCCHI


El lunes a la mañana será presentado el flamante técnico de Quilmes, Pablo Quatrocchi, junto a su ayudante, Mauricio López y el preparador físico, Gerardo Fazio.
Esa generación 74 Cervecera se hace cargo de la conducción del plantel futbolístico, con la ilusión puesta en realizar una buena campaña y poner a Quilmes en el candelero con una formación integrada por muchos "chicos del club", como lo fueron los hoy integrantes del cuerpo técnico.
Recordemos que Quatrocchi se formó en Quilmes, luego pasó por Estudiantes de La Plata, San Lorenzo, Necaxa y Veracruz, de México y Wolfsbjurgo, de Alemania. Una gran experiencia para aportar a su trabajo en el decano del fútbol argentino.
Hoy las inferiores cuentan con técnicos y responsables formados en el club -léase el Indio Gómez, Leonardo Lemos, Néstor Frediani, Daniel Cicogna (vuelve al club, ahora como preparador físico de la cuarta), etcétera.
En fin, un proyecto en marcha, que deberá ser apoyado con la mente puesta en armar una sólida estructura futbolística, que tenga como principal capital al semillero.
Eso implica tiempo y paciencia, dos calles que se unen entre el Centenario y el predio, como para pensar que el decano del fútbol argentino ha decidido ponerse los pantalones largos y apostar a futuro, pensando en quedarse muchos años en la primera división.
Hay menos presupuesto para el fútbol profesional, a raíz de la política de austeridad que se pretende instalar, de todas maneras están las mismas ganas y la posibilidad de un joven técnico -Quatrocchi estaba como director deportivo en el club desde marzo del año pasado- capaz de asumir el riesgo y superar los huracanes que pueden venírsele encima.
El lunes vuelve el plantel al trabajo, habrá que ver qué pasará con aquellos jugadores que pueden renovar su contrato -entre ellos el Chapu Braña- y con aquellos que regresan al club. Ya se sabe que son muchos los que se han ido por haber terminado el contrato y no existir posibilidades ni intenciones de renovación.
El presupuesto de fútbol, de 3 millones mensuales pasó a la mitad, prueba elocuente de la política de austeridad, que apuesta más que nada a hacer frente a las deudas y los compromisos que demanda el fútbol profesional.

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