AL MAESTRO...

Liliana Waipan hace su reconocimiento al maestro Pedro Costa, relacionado con Su majestad se pasea en calzoncillos al representarse la obra, cuatro décadas y un año después de aquella escenificación de 1973.
Dice Liliana: "Había una vez un maestro al que le gustaba compartir con sus discípulos proyectos de teatro. Los objetivos podían ser diversos: finalmente se trataba sólo de una excusa, lo verdaderamente valioso, se tejía, como el traje del Emperador, con hilos invisibles.
Así lo propuso Pedro hace cuarenta años, juntos, el maestro y sus alumnos pusieron en escena aquella primera vez: Su majestad se pasea en calzoncillos.
Unos meses atrás volvieron a reunirse, ocurrió que detectaron que la trama urdida por el maestro era tan fuerte, que bastaron unos pocos reencuentros para hacerla visible. Esos muchachos reavivaron el fuego que los unía, los recuerdos, las anécdotas y las bromas.
Transformaron sus sábados de ensayo en el mejor día de la semana y descubrieron que lo trascendente era el encuentro.
Habra otras "Majestades" para Pedro Costa, porque así ocurre con los verdaderos MAESTROS. Para los muchachos, otras excusas para seguir encontrándose y para el público el placer de contagiarse del fuego que se reaviva cuando arde "buena madera".
El traje nuevo del Emperador es uno de los cuentos de Andersen que sigue teniendo vigencia. Plantea innumerables cuestiones que hacen a la estructura del ser humano en relación con su entorno. Obtener un buen trabajo, mantenerlo a cualquier precio. La necesidad de encajar en un grupo de personas, ignorar las necesidades propias por temor a ser rechazados o juzgados, y al fin huir para no hacer frente a las responsabilidades.
En el relato se contraponen las miradas inocentes de los niños que dicen la verdad y las otras, las que proponen tolerar una mentira porque es aceptada por muchos, y entonces la multitud la hace valedera.
En la actualidad escasean los que reconocen la desnudez de ciertas "verdades" construidas y difundidasx como únicas, sabiendo que existen tantas, como pares de ojos que miran al Emperador".

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