QAC: CATASTROFE

Ricardo Caruso Lombardi justificó el 5 a 0 abajo ante el River campeón porque siempre hay un partido catástrofe en todo torneo, y a Quilmes le tocó nada menos que en la última fecha, ya salvado del descenso y cuando Estudiantes y Gimnasia de La Plata esperaban una ayuda.
Sin embargo el Cervecero prácticamente mostró una falta de presencia desde el vamos y el local, con una multitud atrás se floreó. Ganó, gustó y goleó River, con un Fernando Cavenaghi que recibió el calificativo de 10 por Clarín.
Dio la impresión de que Quilmes se quedó en el triunfo con Gimnasia y decidió sólo cumplir el compromiso. River, ni lerdo ni perezozo, se agrandó en la ocasión y concretó por primera vez en la temporada cinco goles ante un rival que nunca había caído por semejantes cifras.
En el debe y en el haber de Quilmes hay mucha tela para cortar. El partido (?) de ayer debe tomarse como un enorme tropezón. El árbol no debe tapar el bosque.
No hay que olvidar que cuatro fechas atrás las posibilidades de permanencia eran muy complicadas. Y Quilmes ganó tres partidos seguidos -1 a 0 a Argentinos Juniors, 1 a 0 ante Racing en Avellaneda, donde nunca había ganado y 2 a 0 a Gimnasia, uno de los candidatos al título- sin que su valla recibiera una sola caída.
El triunfo sobre el Tripero fue la salvación, tal vez la distensión. Y pese a todas las palabras -demasiadas por cierto- que desparramó Caruso en toda la semana, a la hora de la verdad nada salió. Así se llegó a un auténtico papelón, donde los pibes, que aparecieron en tapa de Olé, como piqueteros para contener los embates del que quería ser campeón, no supieron, no pudieron o directamente no se tomaron demasiado en serio la responsabilidad del último partido, sufriendo las terribles consecuencias.
River festejó casi sin despeinarse, su gente lo paladeó como nunca porque era el primer título después de padecer la verguenza de jugar en la primera B Nacional, y quedó flotando en el mundo Quilmes una sensación de humillación que lastima.
De todas maneras, ahora será el tiempo de la reflexión y del análisis. Habrá que decidir quiénes siguen, quiénes se van, si queda el cuerpo técnico, etcétera, y para ello habrá tiempo de sobra hasta agosto en que empiece el insólito torneo de Primera, con el sabor dulce de que no habrá descensos.
Quilmes está entre los veinte privilegiados de Primera. El golpe del descenso lo sufrieron Argentinos Juniors y All Boys, a los que deberá sumarse Colón o Atlético Rafaela, que jugarán el sábado en Newell`s para definir la permanencia.
El año próximo las cosas serán diferentes, con un torneo largo, como antes, aunque con 30 equipos, porque a los 20 de primera se sumarán los diez que subirán de la primera B Nacional, en un certamen clasificatorio que se jugará desde agosto.
Como dato a favor, vale destacar la importante presencia de chicos de la cantera en primera división. Ese capital deberá ser cuidado y fortalecido. Con esa gran base y alguno que otro refuerzo, todo estará dado para cumplir un buen papel en el próximo torneo de Primera, sin esa presión terrible del descenso. Como base también para que el año venidero se pueda ser animador, ya que si entre treinta sólo bajan dos, evidentemente hay que estar muy mal deportiva y económicamente para ingresar al grupo de los dos que descenderán en diciembre de 2015.
En cuanto al 5 a 0 que a muchos golpeó, es cierto que la derrota de esa magnitud duele y humilla, pero hay que tener en cuenta que Quilmes venía del infierno, estaba en el paraíso de la permanencia, y bueno, recibió una cachetada para que en el futuro se pueda revertir con reflexión, inteligencia y sentido común.

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