ESPERANZA

Don Walter Oyarce es un peruano que sufrió en el 2011 el terrible dolor de la pérdida de un hijo, muerto en una cancha de fútbol en un clásico del fútbol incaico. El joven quiso defender a una señora, en medio de un enfrentamiento de barras, y fue arrojado desde la tribuna con el desenlace fatal.
El padre, superando el dolor que significa esa irreparable pérdida, inició una campaña de concientización y de docencia con el denominado Proyecto Esperanza, que es un ejemplo mundial de indulgencia.
Algunas de las frases que impulsan la loable iniciativa: Todos podemos ayudar a frenar la violencia con conductas muy sencillas.
La pelota tiene vida. Sin camisetas todos somos iguales.
La verdad siempre triunfa es el lema de la portada de la página de Internet del Proyecto, con la imagen del joven y la prédica de su padre. El chico murió a los 23 años.
Don Walter ha empezado una campaña de docencia, ilustrando temas que hacen a la esencia humana, como la felicidad.
Dice que la felicidad es "la capacidad de disfrutar lo que se tiene y no vivir sufriendo por lo que falta".
"Uno nunca está satisfecho con lo que tiene... hasta que está en paz con lo que es.
Por ello es importante conocerse a sí mismo antes de pretender juzgar o cambiar al resto.
¿Cómo explicar a un niño qué es la felicidad? se pregunta Don Walter, y da esta receta: sólo tírale una pelota y dale un espacio cualquiera. La pelota no conoce diferencia de razas y además la pelota termina siendo una llave a la felicidad, aquella que si está perdida no se recupera en un niño. Así tenemos la posibilidad de atender una dura realidad de nuestra sociedad, sobre todo para aquellos que han respondido que sí les duele la situación.
Entonces, compren varias pelotas y se las dan de regalo a los niños, una manera de darles felicidad.
Y más adelante don Walter habla del fútbol en la calle "aquél que muchos hemos practicado en los potreros, cuando es acompañado de un asesoramiento reflexivo de los valores que encierra el deporte, que lo puede realizar cualquier adulto con criterio en un barrio, se convierte en una herramienta para alcanzar la felicidad y de convivencia pacífica".
Como se ve, Don Walter, que pudo haber exigido revancha contra los inadaptados que arrojaron a su hijo de una tribuna ocasionándole la muerte, sólo pide justicia, pero como herramienta habla de la felicidad de un niño y de convertir el rencor en solidaridad y esperanza. Todo un ejemplo.
Se puede ingresar a Internet, por facebook, al Proyecto Esperanza y dar la opinión. Un ejemplo que viene del Perú pero que hace a todo el universo en procura de un mundo mejor.

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