Hoy cumple 91 años Roberto De Vicenzo, ícono del golf nacional e internacional, un ejemplo de conducta deportivo y un maestro en todos los sentidos.
Aquel chico que se vino de Migueletes para instalarse en Ranelagh, en el Golf Club, fue desplegando una carrera brillante como golfista, lo que le permitió dar la vuelta al mundo en varias ocasiones.
Eran otros tiempos, con viajes en avión que duraban días y con premios exiguos (nada que ver con los actuales).
En todas partes el maestro mostró su talento, su don de gentes y su humildad.
Sus anécdotas llevarían varias páginas, pero tal vez lo que mejor quedó como ejemplo de conducta deportiva fue aquel torneo de Augusta, en el que cometió un error en las tarjetas y que no le permitió disfrutar de la victoria.
Reconoció el error -en realidad lo había cometido el caddie- y como buen deportista asumió la falta, quedando ante toda la afición deportiva y ante el mundo como ejemplo de honestidad. A tal punto que ese error le valió ser reconocido como embajador del deporte mundial.
Aquel chico que se vino de Migueletes para instalarse en Ranelagh, en el Golf Club, fue desplegando una carrera brillante como golfista, lo que le permitió dar la vuelta al mundo en varias ocasiones.
Eran otros tiempos, con viajes en avión que duraban días y con premios exiguos (nada que ver con los actuales).
En todas partes el maestro mostró su talento, su don de gentes y su humildad.
Sus anécdotas llevarían varias páginas, pero tal vez lo que mejor quedó como ejemplo de conducta deportiva fue aquel torneo de Augusta, en el que cometió un error en las tarjetas y que no le permitió disfrutar de la victoria.
Reconoció el error -en realidad lo había cometido el caddie- y como buen deportista asumió la falta, quedando ante toda la afición deportiva y ante el mundo como ejemplo de honestidad. A tal punto que ese error le valió ser reconocido como embajador del deporte mundial.
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