Como se anunció hoy, jueves 10, se realizó el paro convocado por las CGT de Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Miceli, con un amplia acatación al no funcionar los medios de trasporte, ya sea terrestre, aéreo (trenes, colectivos, micros, combis, subtes, Premetro) y se vieron pocos remís y taxis.
Los comercios, al menos en Quilmes y Bernal, estuvieron cerrados en su gran mayoría, sólo abrieron hipermercados, almacenes y algunos bares.
Los dirigentes sindicales convocantes se mostraron satisfechos por el resultado de la medida de fuerza, más allá de las chicanas del gobierno nacional.
El jefe de gabinete de ministros, Jorge Capitanich, acusó a Luis Barrionuevo como el gran mentor de la medida, la consideró anacrónica y dijo que le hacía remontar a tiempos de señores feudales y del medioevo.
Añadió que Barrionuevo demostró ser el líder de la izquierda y del Frente Renovador, junto a Sergio Massa, Darío Giustozzi, Felipe Solá y otros.
Los lugares que estuvieron abiertos prácticamente no recibieron público, dándose una jornada parecida a un domingo o más quieta que un domingo.
Hubo algún incidente, pero menor en el ramal Campana de la Ruta Panamericana.
Los partidos y organizaciones de izquierda realizaron piquetes y cortes en el Puente Pueyrredón, Puente de la Boca, Panamericana y otros puntos de Capital y Gran Buenos Aires.
Cabe destacar que los convocantes no aprobaron los piquetes, mientras que los que realizaron estos cortes dijeron que entre otras cosas pedían por los encarcelados de Las Heras.
Si de victoria se trata, evidentemente fue un gran logro del sindicalismo opositor, quedó debilitado el sector de la CGT oficialista encabezado por Antonio Caló -el dirigente había anticipado que el paro iba a ser grande porque no iban a funcionar los medios de trasporte- y ahora habrá que ver qué pasa a partir de mañana.
Ojalá no haya sido una victoria de la oposición a lo pirro, y que las partes paren la pelota y se pongan a buscar consensos para que los últimos meses del kirchnerismo en el poder -el mandato finaliza en diciembre del año próximo- sean tranquilos y sin demasiados contratiempos. En todo caso habrá que ver qué dice la presidenta sobre este jueves 10. Vale anhelar que la respuesta no sea la de la cadena nacional del pasado martes, que provocó enojos en propios y extraños.
Los comercios, al menos en Quilmes y Bernal, estuvieron cerrados en su gran mayoría, sólo abrieron hipermercados, almacenes y algunos bares.
Los dirigentes sindicales convocantes se mostraron satisfechos por el resultado de la medida de fuerza, más allá de las chicanas del gobierno nacional.
El jefe de gabinete de ministros, Jorge Capitanich, acusó a Luis Barrionuevo como el gran mentor de la medida, la consideró anacrónica y dijo que le hacía remontar a tiempos de señores feudales y del medioevo.
Añadió que Barrionuevo demostró ser el líder de la izquierda y del Frente Renovador, junto a Sergio Massa, Darío Giustozzi, Felipe Solá y otros.
Los lugares que estuvieron abiertos prácticamente no recibieron público, dándose una jornada parecida a un domingo o más quieta que un domingo.
Hubo algún incidente, pero menor en el ramal Campana de la Ruta Panamericana.
Los partidos y organizaciones de izquierda realizaron piquetes y cortes en el Puente Pueyrredón, Puente de la Boca, Panamericana y otros puntos de Capital y Gran Buenos Aires.
Cabe destacar que los convocantes no aprobaron los piquetes, mientras que los que realizaron estos cortes dijeron que entre otras cosas pedían por los encarcelados de Las Heras.
Si de victoria se trata, evidentemente fue un gran logro del sindicalismo opositor, quedó debilitado el sector de la CGT oficialista encabezado por Antonio Caló -el dirigente había anticipado que el paro iba a ser grande porque no iban a funcionar los medios de trasporte- y ahora habrá que ver qué pasa a partir de mañana.
Ojalá no haya sido una victoria de la oposición a lo pirro, y que las partes paren la pelota y se pongan a buscar consensos para que los últimos meses del kirchnerismo en el poder -el mandato finaliza en diciembre del año próximo- sean tranquilos y sin demasiados contratiempos. En todo caso habrá que ver qué dice la presidenta sobre este jueves 10. Vale anhelar que la respuesta no sea la de la cadena nacional del pasado martes, que provocó enojos en propios y extraños.
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